La necedad es una mala confidente, muchas veces vemos y no nos damos cuenta de lo que en realidad hacemos, nos casamos con nuestras ideas y nos encerramos en nuestro mundo pensando que lo que decimos y hacemos es lo correcto.
Dejamos de escuchar y de valorar si realmente estamos en lo correcto, a los demás, a quienes opinan diferente, se les ve como enemigos, desestabilizadores y mala leche pensando que poseemos la verdad absoluta.
En el Puebla sucede algo semejante, todos los que opinan y manifiestan son enemigos del equipo.
No entienden que los aficionados lo que desean es un equipo ganador que dé satisfacciones sin importar quién esté al frente del mismo, llámese Juan Reynoso, Chelís, Lapuente, Romano, Carrillo o como se llame.
Al día de hoy, muchos, por no decir la mayoría, piden la cabeza del técnico Juan Reynoso, pensando que es el único culpable de la situación, cuando en realidad no es así.
El hecho de que deba irse por los resultados a mí me parece irrelevante; el peruano vino con ganas de hacer un buen trabajo, con el ímpetu de trascender y sacar al equipo adelante, situación que no ha ocurrido ni por asomo.
Sin embargo, la problemática del equipo camotero va más allá del entrenador, él terminará siendo el pagote de una situación que está podrida al interior de la institución.
Cuando un equipo profesional se le encarga a un grupo de personas que vienen a cumplir una chamba para cobrar un sueldo y además ver qué tipo de negocios alrededor del mismo pueden hacer, sucede lo que estamos viendo en La Franja.
Amiguismo, complicidad y falta de compromiso son el común denominador de la realidad del club.
Es lógico que el señor Salinas Pliego no tiene el tiempo para manejar un plantel de futbol y menos uno como el Puebla, pero creo que ya es hora de que se dé cuenta de lo que está sucediendo con su equipo, un equipo que agarró ante la necesidad de no perder su inversión por derechos de televisión, situación de la que se han aprovechado sus empleados para hacer fiesta y ahí están los resultados.
La afición jamás fue una prioridad, horarios poco accesibles, pésimo espectáculo, malos resultados y un equipo sin ADN, ni identidad, donde la única preocupación es y será mantenerlo en el máximo circuito para conservar el statu quo y seguir haciendo negocios sobre los lomos de los pocos aficionados que aún le quedan.
Existe mucha preocupación al interior del club por lo que se dice en los medios de comunicación y cómo tratar de contrarrestarlos con pésimos resultados, por cierto.
Se han distraído en minucias dejando de lado lo verdaderamente importante que es el buen funcionamiento.
Regresando al tema del técnico, tendríamos que preguntarnos si de verdad se le dieron las armas suficientes para poder competir de buena manera en un torneo tan complicado como lo es el mexicano.
Muchas veces los técnicos con el afán de ser contratados agarran a los equipos con lo que les den, teniendo la esperanza de que las cosas les funcionen y puedan ganar buen dinero y mantenerse vigentes y a mi parecer ese es el caso de Juan Reynoso, quien aprovechando su amistad con Ángel Rambo Sosa se aferra al puesto, cueste lo que cueste.
La situación está totalmente detectada por la gente que mandó la televisora para checar lo que sucede y según se dice para preparar el camino de una posible mudanza.
Rodrigo Incera detectó ya lo que está pasando, incluso ya lo reportó a Ciudad de México, pero habría que ver si los lazos afectivos de la gente que realmente maneja el futbol en Azteca le permiten realizar los cambios necesarios para el mejor funcionamiento del equipo.
El cuerpo técnico y directivos están agazapados alrededor de Reynoso tratando de que la cosa mejore con la llegada de los dos jóvenes uruguayos, de ahí los dos partidos que le dieron al peruano para revertir la situación.
Lo que debe saber Reynoso es que en caso de que tenga que salir del equipo, los que hoy lo respaldan se quedarán a seguir cobrando con el director técnico que venga y eso lo saben todos en el club.
Por último, veremos si a tres meses y medio de que termine la temporada los directivos y en especial la televisora se animan a realizar los cambios pertinentes o simplemente esperarán pacientemente a que los plazos se cumplan, eso es precisamente lo que estará por verse.
Lo más preocupante es que en Pachuca La Franja murió de nada, los camoteros no tienen poder ofensivo y les cuesta mucho generar peligro, tristemente terminaron perdiendo un gol por cero frente a unos tuzos que de verdad tampoco traen nada en la chistera.
El viernes viene Toluca, que dio un gran partido contra Pumas a pesar de que terminaron siendo derrotados y vendrán con ganas de sacarse la espina; el Puebla y sus jugadores tendrán en sus manos la continuidad del peruano Reynoso, pues otra derrota más creo que sellaría su suerte, bueno, a menos que ya todos estemos locos.
Nosotros, como siempre, seguiremos en línea.
Hasta la próxima.
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