Los investigadores sacaban fichas de tarros distintos mientras los loros los observaban. Cuando les tocó su turno, golpearon con el pico el tarro que querían elegir sin poder ver el contenido.
El primer loro casi siempre prefería que se sacaran fichas del frasco que tenía más recompensas, es decir más fichas negras.
“El kea pudo ver el contenido de ambos recipientes [transparentes] durante los experimentos. Por lo tanto, podía comparar las frecuencias relativas de las fichas negras y anaranjadas en los dos frascos”, explicó Amalia Bastos, realizadora del estudio.
Aunque los tarros tuvieran la misma cantidad de fichas negras combinadas con naranjas los loros lograron identificar en cuál era más probable que saliera una ficha negra y esa era la que elegían.
Estas habilidades solo se habían visto en los grandes simios pero gracias a este experimento se pudo comprobar que esta especie de loro también puede desarrollar esa capacidad.
Con información de 24 Horas El Diario Sin Límites.