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e dice al interior de la Secretaría de Educación Pública del estado que casi nadie le hace caso al titular.
Que da una orden y pocos la acatan.
Que da una indicación y es ignorada.
Que da un manotazo en la mesa y casi nadie se espanta.
Que grita y se “tapan los oídos”.
De ahí la interrogante:
¿Y dónde está el piloto de la SEP?
Sí…
¿Dónde está Melitón Lozano Pérez, titular de Educación Pública?
El maestro de carrera, egresado del Instituto Normal del Estado y dos veces presidente municipal de Izúcar de Matamoros.
Porque en los hechos quien realmente manda y ordena en la SEP es la poderosa subsecretaria de Educación Básica y Media Superior, Alejandra Domínguez Narváez.
¿Quién es Alejandra Domínguez Narváez?
Pues, ni más ni menos, que la esposa del secretario de Gobernación, David Méndez Márquez.
Y nuera de Rosa Márquez Cabrera, regidora del Ayuntamiento de Puebla, cuyo esposo Jorge Méndez Spíndola es un viejo luchador de la izquierda poblana.
Y como la maestra Alejandra Domínguez ha tenido larga carrera en el sector educativo y dentro de las filas de la Sección 51 del SNTE, le permite una mayor ascendencia con el magisterio.
Aunado que su esposo es el mandamás de Gobernación… pues trabajadores y profesores le hacen más caso a ella que a él.
Tal es el desbarajuste administrativo en la SEP, que en ocho meses de haber tomado posesión del cargo… Melitón Morales lleva –al corte de hoy– seis directores de Recursos Humanos.
Y contando, comentan trabajadores y administrativos.
DESPUÉS DE HABER SIDO CESADO…
MELITÓN REGRESÓ
Cuenta la leyenda que en noviembre del año pasado Melitón Morales fue convocado de urgencia a Casa Aguayo, puesto en el que el gobernador Luis Miguel Barbosa lo requería.
Melitón dejó todo lo que estaba haciendo en su oficina y ordenó a su chofer dirigirse a El Alto, sede del Poder Ejecutivo.
El mandatario lo esperaba.
Y, sin más, le mostró la denuncia de corrupción y moches en la Dirección Administrativa.
Le pidió una explicación.
Respondió que era “fuego amigo” del titular de Recursos Administrativos con el director de Administración –Oficialía Mayor–.
Barbosa Huerta no esperó más y le demandó “su renuncia”.
Melitón Lozano salió de Casa Aguayo y se digirió a lo que sería su última visita al despacho de titular para redactar y llevar su renuncia a la Secretaría de Educación.
EL ACELERE DE ESTEBAN
MOCTEZUMA-DARÍO CARMONA
La leyenda prosiguió…
Y las ansías de vitorear su retorno a la SEP llevaron a Darío Carmona a cometer un “pecado infantil”… ventilar en redes sociales la remoción de Melitón Lozano.
Lozano Pérez, en la soledad de sus últimas horas como secretario de Educación, juega una última carta y envía el texto de las redes al gobernador Barbosa Huerta.
Y es cuando queda al descubierto la jugada del secretario de Educación Pública federal, Esteban Moctezuma Barragán, y de su “alfil” Darío Carmona García, quien gracias a Luis Maldonado Venegas se colocó en el equipo, pero a su fallecimiento, don Esteban se recargó en Darío.
Jugada en la que Moctezuma Barragán iba por el manejo de la SEP en Puebla con su “alfil” Darío Carmona.
Lo que lleva a Barbosa Huerta a reconsiderar la salida de Melitón y, sin reinstalarlo, lo deja en la SEP al darse cuenta que la información de los moches y corrupción había sido manejada por Darío Carmona.
Y en un hecho inédito, Barbosa demanda a Esteban Moctezuma el cese de Darío Carmona de la SEP federal.
Moctezuma Barragán accede y quita a Darío del organigrama.
Lo cierto, lo real, leyenda o no, verdad o mentira, es que desde noviembre Lozano Pérez quedó “tocado” y poco a poco su don de mando en Educación Pública ha ido menguando.
A tal grado que desea retornar a su presidencia municipal de Izúcar de Matamoros, puesto donde ahí nadie mandará más que él, ya que en la SEP es una mujer quien toca el pandero.
De cristalizarse el cambio, se afirma que llegaría a la titularidad de Educación la maestra Alejandra Domínguez Narváez, esposa del secretario de Gobernación, David Méndez y nuera de la Regidora del Ayuntamiento de Puebla, Rosa Márquez.
¿Se dará el arribo de doña Alejandra?
Al tiempo.
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