Miedo y ansiedad son algunos de los sentimientos que puede desencadenar saber de la existencia de una pandemia, en este caso por coronavirus que afecta al mundo, por lo que hay personas que se han visto alteradas en sus hábitos alimenticios, de sueño e incluso pueden entrar en cuadros de depresión.
Así lo señaló Ivonne Slim, psicóloga, quien destacó que todos los sectores de la población, desde niños, adolescentes y hasta adultos son vulnerables a tener afectaciones en su salud mental por la contingencia del Covid-19.
“El hecho de saber que existe una enfermedad, que tiene el potencial de ser muy grave para muchas personas ya es estresante. El saber que existe esta enfermedad genera mucho miedo, mucha ansiedad, las emociones pueden ser muy intensas, las que se despiertan tanto en los adultos, los niños y los adolescentes”, recalcó.
Explicó que las personas se expusieron desde hace un mes a información exagerada sobre el Covid-19 que no lograron procesar en su totalidad y que desencadenó preocupación tanto por su salud como por la de sus familiares.
Dijo que estar en confinamiento también provocó cambio en los patrones de sueño y alimenticios, así como de rutina.
“Además de la información, nosotros estamos poniendo nuestro cuerpo en un estado de estrés adicional, empieza a haber dificultades para concentrarse y pueden agravarse las enfermedades crónicas, las depresiones y aumenta el consumo de alcohol y cigarros, además de otras drogas”, comentó.
La forma como las personas procesan las medidas de prevención del Covid-19 depende de la situación que están viviendo, ya que no es lo mismo quien lo hace en aislamiento en su domicilio, quien padece enfermedades crónicas, como quien tiene que salir a trabajar o está en contacto con casos de coronavirus.
Los menores, detalló, pueden volverse llorones, manifestar dolores sin razón aparente o tener retrocesos en su aprendizaje o actividades que desarrollan, mientras que los adolescentes pueden volverse rebeldes.
Como recomendación, la psicóloga exhortó a hacer rutinas flexibles que se adapten a las nuevas formas de vida tras el confinamiento, en las que se incluya comer sano, dormir bien y hacer ejercicio.
“Dentro de esta forma que le vamos a ir dando necesitamos ser flexibles porque no debemos perder la consciencia de que estamos en un estado fuera de lo que generalmente nos pasa”, precisó.