La empresa automotriz Nissan anunció hoy el cierre de su fábrica en Barcelona a finales de año, lo que implicará la pérdida de tres mil empleos directos y 20 mil más en las empresas proveedoras que dependen de ella.

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, lamentó la decisión y propuso la creación de un grupo de trabajo para buscar alternativas, sin embargo la empresa señaló que no creía que fuera posible.

“Creemos que no hay ninguna posibilidad viable de futuro”, afirmó el presidente de Nissan en Europa, Gianluca de Ficchy.

Makoto Uchida, consejero delegado de Nissan, aseguró que fue una difícil decisión para la empresa pero enmarcada en el recorte de 20 por ciento de la capacidad de producción de la compañía en todo el mundo, señaló El País.

Con las nuevas medidas, se busca la producción mundial de cinco millones 400 mil vehículos frente a los siete millones que produjo en 2019 la alianza Renault-Nissan, además se busca mejorar la eficiencia de los procesos.

A inicios de año, la Generalitat de Barcelona presentó un plan de rescate a Nissan, en el que proponía la asignación de una nueva producción de vehículos eléctricos.

Sin embargo, la consejera de la empresa de la Generalitat, Angels Chacón, dijo en televisión que no iban a facilitar la salida de Nissan de Barcelona y acusó a la empresa de “deslealtad” y “menosprecio”, por su falta de interlocución y su nula respuesta al plan que el gobierno le presentó.

De acuerdo con el Ministerio de Industria, clausurar la planta implicaría mil millones de euros, por lo que sería más costoso que reinvertir en la producción, que sólo necesitaría 300 millones de euros.

Unas horas después del anuncio de la trasnacional, cientos de trabajadores y sus familias se manifestaron a las afueras de la fábrica, que califican la medida como una “vergüenza” y amenazan con impulsar medidas judiciales si la empresa no se sienta a negociar el cierre con las autoridades del gobierno y con los trabajadores.

Los trabajadores, que habían iniciado una huelga el 4 de mayo en protesta por las condiciones sanitarias, habían sufrido recortes previos.

En 2008, en el comienzo de la crisis económica, Nissan planteó una política de despidos que provocó la respuesta de los trabajadores. Entonces, la empresa se acogió a una ayuda gubernamental, ERE, que le permitió despedir a mil 680 trabajadores de los 4 mil 400 que formaban la plantilla.

Según el diario El Temps, Nissan representa 1.3 por ciento del PIB catalán y 7 por ciento de su producción industrial.

Con información de Notimex.

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