El serial de confrontaciones del mandatario poblano no cesa ni se detiene o contiene, mucho menos se frena.
Por el contrario, cada día que transcurre crece y se dispara.
Y como la curva del Covid-19… continúa al alza.
Y en todos los niveles.
Y contra toda persona que no comulgue con su ideario político-gubernamental.
Por lo que valen las interrogantes:
¿Acaso no hay quien le escriba al general?
¿No hay quien asuma la vocería y sea el pararrayos del mandatario?
¿No existe un asesor con ascendencia en el equipo gubernamental?
¿O cree ser “Dios en el poder”?
¿Y que los “cocodrilos vuelan”?
En la conferencia mañanera el titular del Ejecutivo exhibió y regañó a su secretario de Salud.
Y también se confrontó en las redes con el periodista Francisco Zea, integrante del Grupo Imagen y titular de los espacios: Noticiero Televisión, que se transmite de 6 a 8 horas, radiofónico de 13:30 a 15:30 horas y autor de la columna Línea Estratégica en Excélsior.
En su cuenta de Twitter, Barbosa califica a Francisco Zea de “cobarde, de atacarlo porque persigue un fin económico, de estar al servicio del Consorcio Universitario de Puebla”.
Por la tarde –de antier mismo–, Zea invitó al gobernador a responder la llamada telefónica para el espacio informativo del Grupo Imagen y ahí expusiera su verdad, a lo que tiene derecho, sobre la Ley de Educación para el estado de Puebla.
Y en redes lanzó la interrogante:
“¿Si consideras que soy un cobarde, mañana –ayer– toma la llamada 7:30 am?… Ahí tendrás el espacio para decir lo que a tu derecho convenga”.
Para rematar:
“No digo más. Parece que el poder te hizo de piel muy delgada”.
E inquiere:
“¿Aceptas?
“¿O tu lucha es por redes y en la protección de tu cargo?”
Antes, el lunes, el periodista en su columna escribió:
“De nueva cuenta nos encontramos con un gobernador morenista mareado por el poder. Lo he escrito en esta columna muchas veces: el poder a los inteligentes los marea, pero a los pendejos los vuelve locos.
“Me pregunto en qué categoría se encuentra Miguel Barbosa, gobernador de Puebla”.
Lo que llevó al revire del mandatario.
Acotándose, sin dejar pasar los denuestos virulentos que plasmó Francisco Zea sobre la persona del gobernador, que por obvias razones no se publican en este espacio, el cual tiene como norma no meterse en la vida privada, mucho menos atacar la discapacidad, trátese de quien se trate.
Más en el terreno periodístico se escribe otra historia.
Y en ella, Francisco Zea anunció que demandará al gobernador Miguel Barbosa.
Se colige –pues no lo dijo– que la demanda sería por la vía civil en reparación del daño moral, que afecta nombre y prestigio del periodista.
De ahí que politólogos consultados no dudaron en asentar:
Qué necesidad tiene el gobernador Barbosa de ponerse a pelear con todos los sectores sociales, políticos y económicos de la entidad.
Lo mismo ha hecho con el presidente López Obrador.
Y con (Hugo) López-Gatell.
Y con el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, Ricardo Sheffield Padilla.
¿Qué busca?
¿Qué pretende?
¿Hacia dónde quiere conducir a Puebla?
¿Por la vía de la violencia?
Porque está visto que en Puebla –al corte de hoy– no existe una política de gobierno basada en el diálogo, negociación, acuerdos y consensos.
Los hechos ahí están… impone su “ley” con base en decretos y reformas a la ley.
Dos ejemplos claros:
El decreto para que Volkswagen de México y Audi no reinicien actividades, como lo aprobó el gobierno federal.
Y creación de la Ley de Educación para el estado.
“Ésa es mi ley”, es como la ciudadanía poblana ve, percibe y concibe los dictados barbosistas.
¿Habrá un cambio en la política del gobernador?
¿Dará un giro al consenso?
¿O proseguirá la ruta del choque y la confrontación?
Al tiempo.