Después de 22 años de trabajar de manera ininterrumpida en Los Ángeles de Santa Clara, la actual propietaria de la tradicional dulcería cerró las puertas debido a las bajas ventas registradas por la pandemia de coronavirus que arribó a la entidad en los primeros días de marzo.

“No me va a matar el virus, me va a matar la misma depresión, la angustia”, son las palabras de Sonia Hermoso Aquino, dueña de la dulcería, quien con lágrimas en los ojos narró que tres generaciones se habían hecho cargo de este puesto de venta.

“Íbamos para cuatro generaciones, yo soy la tercera, el negocio empezó desde mi abuelita (…) yo estaba aquí chiquita… yo tengo años aquí, tengo 22 años (trabajando), yo recuerdo que cuando venía a visitar a mi abuelita ya tenía la dulcería, venía mucha gente”, acotó.

Sonia dijo que mucha gente le ha dicho que no cierre el negocio, sin embargo, no tiene otra alternativa, ya que la renta, el pago de los servicios de teléfono, Internet y agua son gastos excesivos que no puede cubrir.

“Son decisiones, que no sé si vayan a ser buenas o malas, pero es lo más saludable para mí, porque me genera mucho estrés saber que tengo que pagar dos o tres rentas, (…) no sabemos cuándo vuelva a la normalidad, nuestro dulce tiene una duración de 15 días, obviamente tenemos demasiada pérdida en los productos”, comentó.

Relató que en los primeros días de marzo aún tenía clientes, sin embargo, con el transcurso del tiempo las medidas de prevención tanto de la Secretaría de Salud federal como de la estatal fueron más estrictas y difícilmente podía cubrir los gastos de la tienda.

“Los primeros días aún teníamos un poco de afluencia, colocamos gel, despachábamos con guantes, se mantenía la sana distancia, pero empezaron a cerrar las calles y eso nos empezó a afectar”, expuso.

Sonia aún se mostraba optimista, ya que los gobiernos estatal y municipal habían anunciado créditos para empresas, sin embargo, al acudir a las oficinas del Ayuntamiento de Puebla no logró obtener una respuesta favorable.

“Yo acudí al crédito del Ayuntamiento, el contador me hizo el favor de meter todos mis datos y resulta que no fui aprobada, (…) he buscado opciones para no cerrar, pero, como dicen, me está llegando el agua al cuello”, señaló.

Sin embargo, a pesar de que la incertidumbre consume a Sonia, mandó un mensaje a todos los locatarios que atraviesan la misma situación, pues “debemos tener fe y esperanza de que todo esto va a pasar”.

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