En días recientes el gobierno federal, empezando por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha construido todo un discurso entorno a la “nueva normalidad”, aquella realidad que afrontaremos los ciudadanos después del difícil periodo de la pandemia del Covid-19.

Desde la visión del Ejecutivo federal, este regreso debe “poner atención en todo aquello que permita mejorar las condiciones de vida de los mexicanos para alcanzar una sociedad mejor”, según relató en una transmisión en vivo de Facebook.

La “nueva normalidad” supone un cambio en las bases económicas, sociales y las estructuras de poder anquilosadas que sólo buscan el interés propio por encima del colectivo. Al menos así se ha planteado desde el discurso oficialista de la Federación.

En el terreno local, la aldea poblana adoptó esta idea de “nueva normalidad”, aunque con cierto recelo. Desde Casa Aguayo, las autoridades estatales han preferido ser cautas con denominar “nueva normalidad” al reinicio de las actividades escolares, económicas y sociales.

Cada mañana se percibe el cansancio y el hartazgo del gobernador Luis Miguel Barbosa y de quienes lo acompañan, para pedir a los poblanos que se dejen de tonterías y eviten enfermarse a toda costa, pues el sistema de salud pública está saturado. Y mientras las vacunas llegan, la situación continuará así, al menos dos meses más.

Sin embargo, el discurso de Andrés Manuel López Obrador ya rebasó toda recomendación del Estado para guardarse en casa y mantener las medidas de higiene básicas para evitar el contagio de un virus que podría dejarnos tendidos en la cama.

Durante el periodo de contingencia sanitaria hemos visto un sin fin de acciones contrarias a la lógica de un sano “confinamiento domiciliario”: cascaritas de futbol en las Unidades Habitacionales, filas enormes para liberar multas en la Dirección de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, congestionamiento vial en los retenes del programa Hoy No Circula, agresiones al personal de salud en los nosocomios del estado, instalación de tianguis y mercados populares en la zona metropolitana, conglomeraciones en comercios y negocios de repostería.

Lo más grave es la reaparición de sucesos delictivos en toda la entidad, y a cualquier hora del día: balaceras en Lomas de Angelópolis, asesinatos en el municipio de Cuautlancingo y hasta la extracción ilegal de gas LP en los ductos de Pemex en Amozoc, que puso en riesgo a más de mil personas de la región.

Esa es la “nueva normalidad”, cruda y violenta. Y no la construcción ideológica que intentan impulsar desde el gobierno federal.

Aquella sólo viene acompañada de buenas intenciones.

BOCANADA 

Ante la urgente necesidad de iniciar los trabajos partidistas rumbo a la elección de 2021, al interior el partido Morena perfilan sólo a dos opciones: Gabriel Biestro y David Méndez Márquez. Sin embargo, en el Charlie Hall de Puebla ya levantó la mano la residente principal para una reelección: Claudia Rivera Vivanco, y para ello, ya trabaja en la formación de un equipo alterno en materia electoral y de comunicación. Al tiempo.

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