El comercio electrónico o digital es un concepto que está revolucionando la manera de hacer negocios de las empresas. Desde que apareció Internet en la década de los años 90 se abrió una nueva manera de comunicarnos y hacer negocios en las nuevas plataformas digitales de comercio que surgieron.
Miles de empresas han establecido sitios en Internet que ofrecen productos y servicios de todo tipo, desde productos básicos de consumo, servicios de información y financieros, hasta actividades tradicionales como la educación y el entretenimiento.
Podemos considerar a Amazon como una de las empresas pioneras en este tipo de comercio digital iniciando en 1995 como una librería en línea en la que se podían adquirir libros impresos por internet que eran enviados a cualquier parte de Estados Unidos y a unos 30 países. Posteriormente incluyó libros digitales que se podían leer en su dispositivo móvil denominado Kindle, lanzado en 2007, pero con el tiempo se extendió a una variedad de productos mediante la adición de artículos electrónicos, software, DVD, videojuegos, CD de música, prendas de vestir, calzado, productos de salud, etcétera.
En Latinoamérica apareció lo que se conoce como Mercado Libre en 1999, fundada en Argentina como plataforma de comercio electrónico, en la que millones de personas compran y venden por Internet. Las ganancias de esta empresa son a través de comisiones de venta de las personas que se registran.
Esta nueva manera de vender y comprar hizo que se replanteara el comercio electrónico. ¿Qué es más importante: la plataforma digital o los activos? ¿Cuáles son los beneficios de los compradores? Además, se desarrollaron regulaciones nacionales e internacionales para este tipo de comercio.
LAS PLATAFORMAS DIGITALES
En los últimos cinco años el comercio electrónico se ha desarrollado a un ritmo vertiginoso. Su éxito se basa en que no es necesario tener grandes espacios para comercializar sus bienes o productos, lo que ha traído consigo mayores utilidades comparadas con las empresas que venden de manera tradicional.
Un ejemplo de plataformas digitales, entre muchas, es Uber, que no cuenta con ningún vehículo ni enormes espacios de estacionamiento ni personal contratado por ellos, sino con socios conductores registrados para ofrecer sus servicios con sus propios autos. Uber es una de las empresas que factura anualmente millones de dólares y tiene presencia mundial.
Las ventajas de las empresas digitales radican en un mayor número de ventas y disminución de costos de operación; posibilidad de vender siete días a la semana durante las 24 horas al día; acceso a clientes en cualquier parte del mundo; facilidad para el control de pedidos; capacidad para ofrecer una gran cantidad de información de forma fácil al cliente interesado, y rápido ajuste a las condiciones de mercado, entre otras.
LA REGULACIÓN DEL COMERCIO DIGITAL
La revolución electrónica del comercio ha originado diversas legislaciones de organismos nacionales e internacionales, impulsados por la globalización. Estas leyes están orientadas en tres áreas: jurídicas, esenciales para promover una mayor confianza de los usuarios en el comercio electrónico; leyes relativas a las transacciones electrónicas, privacidad y protección de los datos del consumidor, así como la lucha contra la ciberdelincuencia.
Desde la Ley Modelo, surgida en 1996 para regular el comercio electrónico y que ha sido una fuente de derecho internacional, otros organismos como la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE); la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC) han servido de modelo a múltiples países para desarrollar sus leyes locales y tienen la soberanía para imponer regímenes fiscales y regulaciones al comercio electrónico.
LOS BENEFICIOS DE LOS COMPRADORES
Estas plataformas de comercio electrónico han sido aceptadas por un gran número de personas a nivel mundial, ya que no existen barreras (literalmente) para comprar cualquier producto que se requiera, por lo que tiene las siguientes ventajas:
Facilidad para comparar precios de distintos comercios, lo que significa que se puede encontrar buenas ofertas; comprar desde la comodidad de la casa; la posibilidad de adquirir productos de difícil acceso y a mejores precios; aceptación de distintas formas de pago; recibir los productos en la comodidad de la casa evitando visitar las tiendas departamentales; encontrar más descuentos y promociones que en las tiendas físicas; poder comparar los precios y la calidad de los productos leyendo las opiniones de otros compradores, y encontrar productos que no hay en las tiendas departamentales ni en los comercios físicos, entre otras.
Mediante estas plataformas de comercio digital no es necesario salir a la calle a comprar. Sin embargo, un número importante de consumidores lo seguirán haciendo de manera tradicional por el aspecto social vinculado al proceso de intercambio en el lugar físico.