La vitamina D es un nutriente necesario para mantener los huesos fuertes, pues se encarga de absorber el calcio presente en los alimentos que se ingieren y los músculos la necesitan para tener movilidad, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de USA (NIH, por sus siglas en inglés).
Asimismo, existen tres formas principales de obtenerla: por medio de los alimentos, suplementos y también de forma natural cuando la piel es expuesta a la radiación ultravioleta por lo menos 10 minutos.
Según datos de un artículo publicado en la revista Nutrients, esta vitamina desempeña un papel importante en los mecanismos fisiológicos, incluyendo el sueño. Pues una de las múltiples funciones consiste en regular el sistema inmune y disminuir la liberación de sustancias inflamatorias.
Esto quiere decir que, los receptores de la vitamina D se expresan en el cerebro en una manera en la que mejoran el ciclo del sueño y sus etapas. De igual forma se ha visto que los bajos niveles o la carencia de esta vitamina están asociados con los trastornos del sueño.
En los casos más graves, la ausencia de esta causa raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos. Los factores de riesgo para obtener una carencia son diversas, como una dieta poco saludable, exposición inadecuada a la luz solar, envejecimiento, embarazo, enfermedades de malabsorción, entre otras.
Algunos síntomas son: dolor muscular, dolor en la columna vertebral, la pelvis y las piernas, debilidad o fatiga, así como calambres.
Por lo anterior, es importante consultar a un especialista que, en caso de ser necesario, recomiende suplementos o una dieta personalizada.
Si el problema continúa, la falta de sueño puede afectar muchos tejidos y sistemas en nuestro cuerpo, desde el cerebro, el corazón, los pulmones, la inmunidad, estados de ánimo y puede empeorar los síntomas de otras enfermedades.
Con Información de Notimex