El equipo de la Universidad de Barcelona, que había estado analizando las aguas residuales desde mediados de abril de 2020 para identificar posibles nuevos brotes, decidió también realizar pruebas en muestras más antiguas.
El grupo de expertos encontró primero que el virus estuvo presente en Barcelona el 15 de enero de 2020 por primera vez, 41 días antes de que el primer caso fuera oficialmente registrado en la ciudad condal.
Después hicieron pruebas con muestras tomadas entre enero de 2018 y diciembre de 2019 y encontraron la presencia del genoma del virus en una de ellas, recogida el 12 de marzo de 2019, “en la que los niveles de SARS-CoV-2 eran bajos pero positivos, según dijo el líder de la investigación, Albert Bosch.
“Todas las muestras resultaron negativas para la presencia de genomas de SARS-CoV-2 a excepción de la del 12 de marzo de 2019, en la que los niveles de SARS-CoV-2 eran muy bajos pero que dieron claramente positivo por PCR y, además, empleando dos dianas distintas”, dijo el experto en una nota de prensa de la Universidad de Barcelona.
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