Por la emergencia sanitaria, alrededor de tres mil bodas fueron canceladas y reagendadas, sólo en la capital poblana, reveló María José (Majo) Navarrete, organizadora de eventos. La realización de éstos dependerá de la evolución de la pandemia, el establecimiento de normas para la reapertura de negocios y la coordinación con los proveedores.

En entrevista con 24 Horas Puebla, la empresaria refirió que cada boda tiene una participación directa o indirecta de 20 proveedores y de hasta 50 familias entre personal de seguridad, meseros, hostes, administración y mantenimiento de los lugares, por lo que el sector de bodas perdió 90% de las ventas.

 “Precisó que el precio de la organización de una boda va entre mil 500 a dos mil por persona, ascendiendo a los 300 mil pesos dependiendo de lo que cada pareja escoja”.

“Tuvimos repercusiones en muchos aspectos, sobre todo económicos, en el ramo de eventos puesto que era una temporada buena. Todavía se alcanzaron (a realizar) algunos eventos de enero a marzo, pero ahorita todo está caído”, dijo.

Indicó que con la Nueva normalidad trabajan en protocolos de reactivación sabiendo que todo va avanzando por diferentes etapas, por lo que al principio probablemente estarán trabajando con un aforo de 25% a 30% personas conforme las condiciones se vayan dando:

Majo Navarrete dijo que un tema complicado fue trabajar con el aspecto emocional de los novios, pues muchos pospusieron su boda una semana después del evento y ante la situación empezaron a sufrir desilusiones de no tener un matrimonio, como lo tenían planeado.

LA EXPERIENCIA

Lucía y Christian, un par de enamorados que tenían la ilusión de casarse el 25 de julio, y que con un año y medio de anticipación comenzaron los preparativos de su boda: salón, iglesia, vestido, banquete y música, se vieron obligados a mover la fecha hasta finales de año.

“Afortunadamente todos los proveedores entendieron perfecto la situación y no fuimos los únicos que les pidieron una fecha para después, (…) lo que sí es que nuestros invitados hicieron unos cambios sobre todos los que venían de fuera”, dijo Lucía.

Explicó que como pareja ya tenían todo, sólo esperaban la fecha, por lo que el cambio fue estresante, pues ella esperaba con mucha ilusión el día que habían escogido para su casamiento, sin embargo, dijo que al final lo que les dio tranquilidad fue saber que lo más importante es la salud de todas las personas que iban a estar ahí y no arriesgar a nadie.

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