La Presidencia de México (2012-2018) que presidió el priista Enrique Peña Nieto fue benévola y agradecida con el entonces senador, líder de la bancada del PRD y presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Luis Miguel Barbosa Huerta.
A Barbosa Huerta el encabezar la presidencia de la Cámara alta en 2015 –tercer periodo– le permitió acompañar al mandatario nacional en giras internacionales –como la de Inglaterra, por citar un caso–, representar al Poder Legislativo en ceremonias, comidas y visitas al país de dignatarios de otras naciones.
Pero, sobre todo… ser el negociador y garante en la aprobación y puesta en marcha del “Pacto por México” que englobó las reformas energética, hacendaria y educativa de Peña Nieto.
Ello le dio “picaporte” con los secretarios de Estado.
Y a Los Pinos.
En los hechos, sus peticiones no podían ser negadas.
Mucho menos ignoradas.
Al contrario, la repuesta era positiva.
Lo que lleva a cobrar relevancia el apunte del periodista Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal que publica El Financiero.
Bajo el título “La venganza de Lozoya”, que escribió en tres partes –lunes, martes y ayer– revela:
“Los nombres de otros senadores brincarán en esta variante política del proceso judicial contra Lozoya. Uno es el del priista David Penchyna, quien hizo gran parte del trabajo de negociación con la oposición para lograr su apoyo en esa reforma, y el otro es Miguel Barbosa, quien en ese momento estaba en el PRD.
“A Barbosa, de acuerdo con el plan, lo involucrarán para luego purificarlo. La estrategia establece que Lozoya hablará de su conversación con el actual gobernador de Puebla en Londres, durante una visita de Estado en junio de 2015, donde le dice que su hermano fue adscrito a un área central de Pemex, como lo había solicitado, y le menciona que ya le envió dinero.
“Lo que se pretende es que Barbosa agradezca el trato a su hermano, pero niegue lo segundo, con lo que quedaría libre de sospecha de corrupción –no de influyentismo–“.
Por razones de espacio se retomó textualmente sólo las líneas referentes a Barbosa Huerta que hizo el columnista Riva Palacio.
FELIPE Y DAVID BARBOSA, HERMANOS DEL GOBERNADOR LUIS MIGUEL BARBOSA
El hermano de Miguel Barbosa al que hace referencia el periodista Raymundo Riva Palacio y del cual no da nombre –se presume– es Felipe de Jesús Barbosa Huerta.
¿Por qué Felipe de Jesús?
Por una sencilla razón.
¿Cuál?
Felipe de Jesús es ingeniero químico petrolero, carrera que cursó en el Instituto Tecnológico de Celaya, Guanajuato, en la generación 1977-1981.
Presunción que lleva a la “teoría del pato”.
Si camina como pato, tiene cola de pato, grazna como pato… es un pato.
Punto.
Pero hay más de los hermanos Barbosa.
El hermano menor, David Amadeo Barbosa Huerta, hasta 2018 aparecía como representante legal de las empresas Ecotono Estudios Ambientales y Geo Bios; además, es dueño de 260 de las 401 acciones.
Y se conoció de su existencia cuando El Universal publicó –junio de 2018–:
“David Amadeo Barbosa Huerta obtuvo 4 concesiones por 7 millones de peso de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes Federal”.
En respuesta, Miguel Barbosa “aceptó que su hermano David había recibido contratos por 52 millones de pesos”.
Acotándose:
Francisco, hermano mayor –son cinco integrantes de la familia Barbosa Huerta: Francisco Javier, Felipe de Jesús, Luis Miguel, Sofía y David Amadeo–, fue asesor de varios senadores del PRD mucho antes de la llegada de Luis Miguel a la Cámara alta en 2012; además, tiene un despacho en Ciudad de México abocado esencialmente a litigios electorales.
Vale aclarar.
No se trata de poner entredicho el caminar profesional de los hermanos del mandatario estatal, ni el derecho que tienen de trabajar para el gobierno o formar empresas y obtener contratos.
Lo que lleva a la duda y –por ende– a la especulación, cuando David Amadeo recibe contratos millonarios de obra del gobierno federal, cuando tu hermano Luis Miguel es líder de la bancada y presidente de la Mesa Directiva del Senado de las República.
O bien, cuando trasciende que Emilio Lozoya, entonces director de Petróleos Mexicanos (Pemex), accede a ubicar –presuntamente– a Felipe de Jesús en un cargo directivo de la paraestatal a petición del senador Barbosa Huerta.
Al apunte periodístico de Riva Palacio, ayer el gobernador Miguel Barbosa Huerta… “lo negó, lo rechazó”.
Lo que lleva a la interrogante:
¿Usted le cree al mandatario Luis Miguel Barbosa?
¿Usted le cree a Emilio Lozoya?
¿Quién miente… quién dice la verdad?
Al tiempo.