El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, ha desatado una campaña de terror contra el Movimiento Antorchista con el objetivo de exterminar a una organización fuerte y numerosa que lo puede derrotar en las elecciones de 2021. Barbosa no gobierna a Puebla. No le importa la vida de los poblanos ni darles soluciones en tiempos tan complejos como los que vivimos; esto lo ha llevado a ser un pésimo gobernador y la ciudadanía se da cuenta de ello: todas las casas encuestadoras que recogen opinión lo ubican como el peor mandatario del país, según sus gobernados.
Sin embargo, a Morena y a él les interesa retener el poder en el estado a como dé lugar: violando la ley y desapareciendo opositores. Los morenistas han impulsado agresivas maniobras para: 1) Controlar totalmente al Instituto Electoral del Estado. 2) Obstaculizar ilegalmente y con trampas la formación de nuevos partidos políticos, como sucedió con el Movimiento Antorchista Poblano. 3) Impedir “legalmente” las alianzas partidarias y la publicidad de los partidos en las próximas elecciones, favoreciendo así la compra de votos de Morena desde el erario, del que disponen como si fuera de ellos. 4) Dejar de realizar obras en las colonias y pueblos humildes con el Ramo 23 (ya desaparecido), con los que se construían escuelas, hospitales, clínicas, pavimentos y muchas cosas que faltan en las zonas marginadas. 5) Quitarle el dinero a los ayuntamientos que no son afines a su partido para impedirles resolver las necesidades de sus gobernados por falta de dinero y así éstos les retiren su apoyo en las votaciones. 6) Lo más bestial y burdo de su maquinación es ¡desaparecer de la escena política a los enemigos electorales más poderosos!
Con el Movimiento Antorchista, la campaña de exterminio inició desde que Barbosa asumió como gobernador, pero se ha intensificado con un nuevo mensaje desde el elegante vocabulario del morenista: “hay que chingar a esos hijos de p..; no dejen pasar oportunidad para fincarles delitos y órdenes de aprehensión contra sus líderes”. Y así sucedió. La semana pasada, nos amanecimos con la acusación directa contra Rosario Sánchez Hernández, líder de 40 mil personas en la zona norte de la capital del estado y una de las figuras más visibles en la lucha de la organización, y contra dos antorchistas más. El gobierno de Barbosa dice que Rosario se “robó unas despensas” y que, por eso, pagará con cárcel. Charis, como le decimos de cariño, es inocente. Es una mujer joven, trabajadora, abnegada y honesta.
El trabajo organizado de los capitalinos antorchistas, encabezados por líderes abnegados entre los que se encuentra Charis, ha cambiado colonias de manera completa: de predios inhabitados y en los que nadie querría vivir, los han transformado en zonas con servicios básicos completos, calles pavimentadas, escuelas de todos los niveles educativos, unidades deportivas, auditorios de arte y muchas mejoras más que las han convertido en colonias modelo a muchas de ellas o en zonas de desarrollo. Una de esas colonias es Balcones del Sur, testigo insobornable de la honradez y tenacidad de Charis y sus compañeros.
Ahora, en medio de la pandemia, se sumó con energía a una de las demandas del Movimiento Antorchista: un plan estatal alimentario, porque 4.5 millones de poblanos padecen hambre crónica y no pueden comprar la canasta básica completa. En el absurdo, el gobierno de Barbosa la acusa de “robo agravado” de unas despensas. Desde el presidente AMLO, pasando por el fabricante de delitos Santiago Nieto y hasta el desprestigiado gobernador Barbosa, la 4T nos ha acusado de ser huachicoleros, de enriquecimiento ilícito, de lavado de dinero… y otros etcéteras más, pero ¿qué han probado? ¡Nada!, porque no hay delitos. Es tanta la honestidad de los líderes antorchistas que, en el absurdo, nos deben acusar de “robar unas despensas”. Se trata, pues, de un invento absurdo del gobernador de Puebla para iniciar la represión abierta e ilegal contra nuestra organización. Pero no nos vamos dejar. Si meten a la cárcel a Charis, por un crimen que no cometió, vamos a pelear legalmente y con la fuerza de masas para exigir la renuncia del gobernador de Puebla. Que no lo dude en el gobierno. Será el último error que cometan desde Casa Aguayo.
La tarde del miércoles 13 de mayo, funcionarios del gobierno estatal llegaron con despensas a la colonia 2 de Marzo, al norte de la capital, para entregarle a gente seleccionada una despensa y… darle una orden: “afíliate a Morena”. Así se repartieron en “todo” el estado. Como respuesta a la campaña estatal de la organización para pedir ayuda alimentaria, los funcionarios llegaron a una colonia antorchista con una nueva frase: ¡Salte de Antorcha! Los funcionarios llegaron escoltados por elementos armados y cinco camionetas de la Policía Estatal. Iban, pues, preparados para no ser molestados en su cínica operación política. Su forma de repartir provocó la molestia de familias humiles urgidas de una despensa que aliviara su hambre. Varios ciudadanos encararon a los funcionarios y propusieron que la entrega se hiciera en todas las casas, porque todos la necesitaban. Los morenistas no hicieron caso.
Ante el problema ya desatado, llegó al lugar Rosario Sánchez. No llegó a robar, sino a solucionar un problema generado por los morenistas. Finalmente, los funcionarios pidieron aprobación a sus superiores y repartieron las despensas a toda la gente que alcanzó. La policía vigiló que todo sucediera en orden. ¿Robo? Pero cuál… El gobierno dice que sí. Pero yo creo que si te roban una despensa frente a cinco camionetas con policías es porque eres muy tardo y mentecato.
Sin embargo, el 18 de mayo, el gobernador Miguel Barbosa enfureció en su mañanera y se lanzó contra la organización: “Incidentes siempre ha habido, ayer (sic) llegó una camioneta de despensas donde hay gente antorchista y arrebataron las despensas y vamos a presentar denuncias contra los instigadores”.
El gobierno de Morena se ha caracterizado no por gobernar… sino por amenazar a todo aquel que le pida resultados. Así sucede con la BUAP y su rector, con varios periodistas que ahora tienen demandas, con varios políticos poblanos del PAN o con algunos que ayudaron al mismo Barbosa a llegar al poder y que son amenazados con cárcel, lo mismo pasa con empresarios, con los comerciantes ambulantes, con los transportistas, con los gruyeros, con los estudiantes de nivel superior. La oposición está en la mira del gobernador: te callas o cárcel.
Rosario Sánchez Hernández, lideresa antorchista, está en la mira porque pertenece a una organización que le ha plantado cara al gobernador. Antorcha, desde el inicio de Barbosa en Casa Aguayo, es una organización perseguida. Después de la visita de AMLO a Puebla, en la que también la organización salió a protestar junto a otras organizaciones sociales, médicos y ciudadanía, que ven un fracaso en ambos gobiernos, se supo que el colérico gobernador dijo: “Hay que chingar a esos hijos de p…”. La acción, bajo un delito inventado, comienza con la detención de Charis.
Todo Puebla conoce a Barbosa y la mayoría de la gente sabe que se trata de un gobernador que no ha sabido hacer nada en Casa Aguayo. Los poblanos sufrimos la ineptitud del gobierno: la gente pasa hambre por la crisis económica, hay más inseguridad, la gente no tiene empleo, no se construyen obras a pesar de que Puebla tiene un ingreso muy superior al de gobiernos anteriores, la pandemia del coronavirus infecta a miles y miles de poblanos y varios cientos han fallecido, y superamos en esto a muchos países. Ese es el gobierno de Barbosa.
El Movimiento Antorchista defiende a Rosario Sánchez porque es inocente. Pero sabemos que muchos críticos del gobierno sufren la misma agresividad. ¿Qué debemos hacer? Un frente estatal que englobe a todos los ciudadanos progresistas del estado y nos unamos en las elecciones de 2021 con una sola meta: sacar a Morena del poder. ¿Podemos? ¡Claro que podemos! 400 mil poblanos organizados en Antorcha están listos para la lucha democrática, que será complicada pero necesaria.