Puebla ocupó el segundo lugar nacional con el mayor número de carpetas de investigación relacionadas con casos de trata de personas entre febrero de 2008 y el 31 de diciembre de 2019, de acuerdo con información de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra).
El informe detalla que, durante 11 años, se reportaron 95 investigaciones por este delito, mientras que Ciudad de México (CDMX) ocupó el primer lugar acumulando 219 incidentes en el mismo periodo.
En tercer lugar, se ubicó Chiapas con 87 casos, Tlaxcala abrió 81 carpetas quedando en cuarto lugar y Estado de México, ocupó el quinto lugar con 58 investigaciones.
Durante 2013, el estado abrió más carpetas de investigación por dicho delito registrado 20 casos; después, las indagatorias fueron a la baja de manera paulatina, ya que en 2018 sólo se inició una carpeta de investigación por este delito y en 2019, tres.
A nivel nacional, el 2014 se convirtió en el año en el que la Fevimtra inició más carpetas de investigación por este delito con 141, aunque cabe destacar que de febrero de 2008 a diciembre de 2019 suman 976 casos recopilados.
De acuerdo con la Asociación Nacional contra la Trata Humana en la Sociedad (ANTHUS), México es el quinto lugar a nivel mundial en cuanto a trata y tráfico de personas, y Puebla es considerado como un foco rojo.
Asimismo, detalla que globalmente cada año hay más de 800 mil víctimas de trata; cada tres minutos muere una mujer y una de cada tres las víctimas son niños, por lo que cada tres minutos una persona desaparece víctima de este delito y el 90% de las personas nunca son rescatadas.
INICIACIÓN A TRAVÉS DE ENGAÑO
Rosario Arrambide González, directora del Instituto de Derechos Humanos “Ignacio Ellacuría” (IDHIE) de la Universidad Iberoamericana (Ibero) Puebla, explicó que la trata de personas empieza por la captación de mujeres a través de ofertas laborales muy bien remuneradas.
“A través de las redes sociales se van generando contactos con las víctimas para que trabajen como halcones en el crimen organizado o, en su caso, para la extracción de órganos”, refirió.
Indicó que después de la captación viene otro proceso, que es cuando se da el transporte o el traslado de la víctima a otro estado de la República, algún municipio o a nivel internacional, donde después las personas (llegando a su lugar de destino) son sometidas a situaciones de violencia, amenazas, consumo involuntario de drogas o también los pueden obligar a realizar matrimonios forzados o de explotación doméstica.
Arrambide González señaló que en el delito de trata de personas existe la corrupción de autoridades, por lo que se deben establecer mecanismos de fiscalización hacia las autoridades en cuanto a su actuación, es decir, que se vigile que cumplan con sus funciones y, de no hacerlo, se les imponga sanciones, además de investigar a quienes estén involucrados.
Finalmente, la especialista dijo que se debe fortalecer la capacitación, la formación y la especialización de los operadores de justicia, así como de los encargados en el proceso de investigación.