Los fabricantes europeos de baterías se están preparando para aprovechar los enormes paquetes de estímulo “verde” que se han dado a conocer desde la pandemia de Coronavirus, aunque muchos reconocen que será difícil seguirle el ritmo a los gigantes asiáticos que dominan el mercado internacional.

Mientras algunas como la sueca Northvolt y, más recientemente, la francesa Verkor, están apostando por la producción en gran escala, otras empresas europeas se están centrando en nichos de mercado y nuevas tecnologías en lugar de enfrentarse a las empresas chinas y surcoreanas con la producción en masa de baterías para vehículos eléctricos (VE).

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Compañías como el fabricante griego de baterías Sunlight o empresas de nueva creación como la eslovaca InoBat Auto o la suiza Innolith afirman que el desafío que plantea la creación de rápidas economías de escala para competir frente a frente hace que por el momento la búsqueda de nichos de mercado sea un camino más probable hacia el éxito.

“Tener gigantes en baterías en Europa aún es posible”, dijo el máximo ejecutivo de Sunlight, Lampros Bisalas. “Sólo tenemos que correr y ponernos al día e innovar más rápido que los demás”.

La fábrica griega de Sunlight es la mayor productora mundial de baterías de plomo ácido para vehículos guiados automatizados, carretillas elevadoras y sistemas de almacenamiento de energía, y ahora está pasándose a las células de litio.

Pero Bisalas no va tras el mercado de los coches eléctricos que está dominado por la china Contemporary Amperex (CATL) , la japonesa Panasonic o las surcoreanas LG Chem, Samsung SDI y SK Innovation .

Se está concentrando en la producción de litio-hierro-fosfato (LFP, por su sigla en inglés), un tipo de batería adecuada para montacargas, locomotoras y robots que realizan tareas cortas con descansos entre ellas.

“Estos mercados son de miles de millones de dólares”, dijo Bisalas. “Vemos una gran oportunidad allí, porque vemos a los productores de iones de litio, especialmente de China, centrándose en los VE”.

Desde que lanzó la Alianza Europea de Baterías en 2017, Europa ha estado presionando a las empresas locales para desarrollar una industria que debería florecer en un futuro con bajas emisiones de carbono y asegurar que el continente no dependa de productos o tecnología de importación.

“CRISIS DE SOBERANÍA”

Actualmente, China alberga el 80% de la producción mundial de células de iones de litio -el tipo de batería que se espera que alimente la industria de los vehículos eléctricos en rápido crecimiento- y la mayor parte de la capacidad que se pondrá en marcha en Europa en los próximos cinco años pertenece a empresas asiáticas.

Pero la Unión Europea ha comprometido 550 mil millones de euros (647 mil  millones de dólares) para la protección del clima y las tecnologías limpias en los próximos siete años, y estos planes dependen de las baterías para almacenar energía renovable y para mover a los coches eléctricos.

Los investigadores ya han identificado 13 proyectos europeos de baterías que podrían ser elegibles para recibir apoyo de la UE en países como Francia, Alemania, Eslovaquia y Polonia, aunque algunos están siendo impulsados por fabricantes asiáticos, como los planes de LG Chem de ampliar su fábrica en Cracovia.

Se prevé que la producción europea de vehículos eléctricos se multiplique por seis en el próximo lustro y los líderes de la UE esperan que la cadena de valor de las baterías -desde la minería hasta la producción y el reciclaje- tenga un valor de 250 mil millones de euros para 2025.

Sin embargo, algunas nuevas empresas europeas admiten que no pueden alcanzar a sus pares asiáticas de gran escala y bajo coste.

VENTAJA COMPETITIVA

Los analistas dicen que la próxima generación de baterías deben tener más autonomía, cargarse más rápido y ser más seguras y ecológicas que las que están actualmente en el mercado ahora, lo que da una oportunidad a las empresas europeas.

“Así es como Europa puede concebir una ventaja competitiva sobre China”, dijo la experta en almacenamiento de energía de Wood Mackenzie, Mitalee Gupta. “Se volverá competitiva muy rápidamente”.

La compañía suiza de tecnología de baterías Innolith, por ejemplo, está buscando una ventaja en las nuevas tecnologías.

La compañía, que compró la propiedad intelectual del productor de baterías estadounidense Alevo después de su quiebra en 2017, dijo que sus laboratorios en Alemania tendrán prototipos este año de una celda NMC 811 que entregará hasta 315 Wh/kg (vatios hora por kg).

Las celdas NMC 811 incluyen menos cobalto que la mayoría de las baterías convencionales para vehículos eléctricos, lo que significa que tienen el potencial de entregar más energía y con componentes más baratos.

Pero mientras las empresas europeas buscan formas de entrar en el mercado, sus rivales asiáticas están ampliando su capacidad en el Viejo Continente.

Se están construyendo las primeras fábricas europeas de SK Innovation y CATL, mientras que LG Chem ya fabrica baterías en Polonia y Samsung tiene una planta en Hungría.

“Podemos llevar a Europa nuestras ventajas en cuanto a coste y calidad de los productos y el servicio”, dijo Susan Zeng, copresidenta de la división europea de CATL, que tiene previsto iniciar la producción en Alemania el año que viene.

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Por ahora, Northvolt es la única startup europea que parece tener la escala suficiente para enfrentarse a los gigantes asiáticos en casa, pero su primera fábrica aún no ha comenzado la producción.

Northvolt aspira a una cuota del 25% del mercado europeo de baterías en el plazo de una década, un objetivo que, según dice, requerirá 150 GWh de producción, más del triple de la capacidad actual de iones de litio del continente.

Recaudó  mil 600 millones de dólares en financiación el mes pasado, además de más de mil millones de euros de inversores como el mayor fabricante de automóviles del mundo, Volkswagen , o Goldman Sachs.

La primera planta de 40 GWh de Northvolt se abrirá en Suecia el próximo año. En 2024 se creará una empresa conjunta con Volkswagen en Alemania con una capacidad potencial de 24 GWh y Northvolt ya ha llegado a acuerdos para vender producción por valor de 13.000 millones de euros.

“En este mercado hay que ofrecer escala”, dijo la jefa del departamento de medio ambiente del grupo, Emma Nehrenheim.

 

EAM

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