JOHANNESBURGO.- En el centro de Johannesburgo un policía sostiene una escopeta contra su cuerpo mientras observa a un hombre sin hogar que lleva una bolsa de comida sobre sus hombros y se aleja de la zona.

La foto captura una de las múltiples desigualdades cotidianas que la fotógrafa sudafricana Gulshan Khan ha estado documentando durante la pandemia de coronavirus.

Desde la rígida vigilancia policial hasta edificios abandonados convertidos en refugios para las personas sin hogar, Khan está usando su amplia base de seguidores online y premios internacionales para arrojar luz sobre las divisiones espaciales y raciales a lo largo del país.

“La clasificación racial y la segregación bajo el apartheid demolieron gran parte de nuestra rica herencia y mi fotografía cuestiona su normalización”, dijo la fotógrafa en una entrevista telefónica con la Fundación Thomson Reuters. “Estas injusticias afectan más a los pobres, a los negros”.

Más de dos décadas después del fin del dominio de la minoría blanca, Sudáfrica sigue siendo uno de los países más desiguales del mundo, según el Banco Mundial.

Una de las series de fotos de Khan resalta un incendio que azotó un municipio de Johannesburgo, después de que una torre de electricidad colapsara sobre casas precarias llenas de personas.

“Veinticinco años después de la democracia, Sudáfrica todavía lucha con la prestación de servicios básicos y la vivienda (…), el impacto duradero de colonialismo y apartheid”, escribió la fotógrafa junto a la serie en su sitio web.

La reciente cuarentena exacerbó esas desigualdades, afirma.

Cuando se les dijo a los sudafricanos que mantuvieran el distanciamiento social y se lavaran las manos para detener el virus, grupos de derechos humanos advirtieron que eso era casi imposible para quienes viven en barrios pobres superpoblados.

“Nuestras ciudades y la vigilancia policial al estilo del apartheid siguen mayormente sin cambios”, dijo Khan. “La fotografía se trata de sacarnos de encima el pie de nuestros cuellos psicológicos. Se trata de cerrar brechas, escucharnos unos a otros y de superar estas divisiones históricas”.

 

MGL

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