Mali, uno de los muchos países en África que sufren crisis económicas, políticas y de salud, mantiene una constante inestabilidad por amenazas de grupos yihadistas, a pesar de que en 2015 se firmó un tratado de paz, y se considera una nación insegura por el surgimiento de nuevos grupos islamistas que amenazan su tranquilidad. Además, es de las regiones más pobres del mundo, la clave de su economía es la agricultura. El algodón es la cosecha más exportada del país, se exporta a Senegal y Costa de Marfil. Del sur de Mali se extrae oro en abundancia. Es el tercer país productor de ese metal precioso en África, después de Sudáfrica y Ghana.

Son varios los golpes de estado por los que ha pasado, el más reciente fue el pasado 18 de agosto, cuando el presidente y el primer ministro fueron arrestados por militares, luego de un motín que surgió a partir de protestas por las dificultades económicas y empeoramiento de la situación de seguridad nacional. Ambos renunciaron al día siguiente.

Este hecho fue criticado por la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Africana, la Unión Europea, Francia y Estados Unidos, sin embargo, tuvo un gran apoyo popular en las calles.

En marzo de 2012, unidades bajo el mando del capitán Amadou Sanogo, del Ejército de Mali, atacaron la capital, Bamako, asaltando el palacio presidencial. Los soldados golpistas, anunciaron el derrocamiento del Gobierno presidido por Amadou Toumani Touré.

Otro caso se presentó el 19 de noviembre de 1968, cuando el teniente Moussa Traoré, transmitía por las antenas de Radio Mali la proclamación oficial de la caída del Gobierno de Modibo Keita.

Traoeré instauró un régimen militar, y en 1991 reprime un alza popular, por lo que es condenado a muerte por el asesinato de más de 300 manifestantes, en 1999 es de nuevo condenado, junto a su esposa, Mariam Traoré, por malversación de varios cientos de millones de francos. Alpha Oumar Konaré, quien recibe el poder de Traoré, le perdona la pena.

LEG

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