Es posible que al presidente Andrés Manuel López Obrador ya le empiece a estorbar la autonomía del Banco de México. Si no es así, habrá que encontrar la forma de explicar que ahora, de la nada, incorpore en su lista de acusaciones sin fundamentos al gobernador del banco central, Alejandro Díaz de León.

Así, sin más, el líder de la 4T acusó a Enrique de la Madrid y a Alejandro Díaz de León de estar implicados en el otorgamiento de créditos para que Petróleos Mexicanos comprara una planta de fertilizantes con la intervención de Nacional Financiera y el Banco Nacional de Comercio Exterior, de la cual estos dos personajes fueron directores.

Al Presidente le pareció un acto corrupto y soltó esos nombres. Solo que en el caso de Díaz de León al Presidente le falló un detalle, cuando el Bancomext supuestamente facilitó esos recursos crediticios, el hoy gobernador el Banco de México todavía no era su director.

¿Es una imprecisión presidencial más o hay un mensaje de poner en la mira a otra entidad autónoma de este país?

Y vaya que el banco central se esfuerza en ser buen vecino del poder ejecutivo federal.

No dejo de pensar en ese asenso que le dio Banxico a Benito Juárez para que pasara de los billetes de 20 a los de 500 pesos y que anunció apenas un par de meses después de que López Obrador arrasara en las elecciones de 2018.

Y si eso fue mera coincidencia, de esas que en política no existen, ahí están ahora sus múltiples escenarios del comportamiento económico del Banco de México, en donde al menos uno de ellos trata de ser benévolo con la visión presidencial de que ya estamos requetebién.

Claro, hasta donde se puede. Porque en este último reporte trimestral el Banco de México plantea un increíble escenario de recuperación para la economía mexicana en auténtica forma de “V”. Con una caída que no podría ser menor del -8.8% pero con un despegue tipo país-que-hizo-todo-bien del 5.6% para 2021.

Obviamente, el Banco de México se debe a la seriedad de los datos y de los expertos. Es uno de los pocos oasis de sensatez económica que le quedan al país y no puede fallar. Por eso también debe publicar ese escenario al que más le apuestan los mercados que habla de caer, como ya caímos, pero mantener la economía deprimida por un tiempo antes de una recuperación.

En este planteamiento la expectativa es que este año la economía mexicana caería -12.8% y la recuperación de 2021 sería con un crecimiento negativo de -0.5%.

Los datos de la pandemia se alteran en México, se restringen las pruebas y no se reporta el verdadero tamaño de los efectos de la Covid-19 en el país porque la 4T tiene todo el control sobre esa información.

Pero no sobre Banxico, sus decisiones y sus análisis. No vaya ser que esté en la mira de lo que hay que cambiar en esta cuarta transformación y que el primer disparo sea a su gobernador.

 

                                                                                                             @campossuarez