Piso 17 Por Álvaro Ramírez Velasco


Acostumbrado a gozar de amplísimo poder, relaciones de primer nivel, con derecho de picaporte en la Residencia Oficial, en los tiempos del otrora habitante de Los Pinos, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, y luego muy favorecido por las mieles fáciles y muy presumiblemente malhabidas del morenovallismo, Sergio Penagos García, también ex Notario Público 9 de Cholula, Puebla, ha tenido un severo aterrizaje forzado, dolorosísimo, con su nueva realidad, en la que ahora cada 15 días, deberá presentarse en un juzgado penal a firmar, tras ser vinculado formalmente a proceso por el delito de uso de documentos falsos.

Esas citas deshonrosas que coloquialmente se conocen como “firmas en las cárceles”, en “chirona”, porque los juzgados regularmente comparten sede con las prisiones.

El caso del veracruzano que fue en su súbito esplendor diputado local y federal, entre los años 2000 y 2006, y subsecretario del Gobierno de la República (2008 a 2010), en el calderonismo, debe considerarse como paradigmático en la narrativa moral de que quien, presumiblemente, actuó muy mal, recibirá tarde o temprano el revés del destino, que todas las cobra. Eso que llaman el karma.

En su audiencia inicial, de este 9 de septiembre de 2020, se ha determinado su responsabilidad en el uso de documentos falsos, como fedatario, conducta punitiva que “generó un riesgo para la comunidad en general y a la fe pública delegada por el gobernador”.

Penagos, quien en sus tiempos de excesos, riqueza y omnipotencia, también fue cobijado por el clan morenovallista, fungió como procurador Fiscal del gobierno del estado, durante el sexenio del finado Rafael Moreno Valle Rosas, quien luego, en premio por los servicios prestados, le otorgó la patente de notario.

A este político panista se le dio este negocio, que deja ganancias millonarias anuales, en el paquete en que Rafael incluyó a sus cercanos.
Se trata en total de 29 patentes, cuya mayoría ha venido revocando la actual administración, por el cúmulo de irregularidades y opacidad en que operaron desde su origen.

Penagos García, el otrora elegante “bon vivant” oriundo de Córdova, Veracruz (1969), es hoy casi un paria en la política, aunque con dinero, pero estigmatizado por su propio círculo, y con su notaria anulada.

En la audiencia, además de la de sí engorrosa (y muy penosa) obligación de firmar cada 15 días, se le determinaron otras medidas cautelares, como una garantía (fianza) de 20 mil pesos, la que no deja de ser poca cosa; la prohibición para salir del estado de Puebla, así como la restricción a siquiera acercarse a los testigos de su causa.

Todo ello, determinó el juez, se da por su capacidad económica, las relaciones con que cuenta y su facilidad para, posiblemente, abandonar el país.
A esa determinación se suma la suspensión temporal de la patente, pues la “utilizó para obtener documentos falsos”.

El juez también ordenó la entrega de los protocolos, sellos y documentos relacionados con la función notarial, a partir del este jueves 10 de septiembre.
Este procedimiento tendrá el acompañamiento de la Consejería Jurídica del gobierno del estado.
Apenas este martes, Penagos compartía en su perfil de Facebook la columna semanal que escribe en un diario local.

En su imagen de portada, todavía la noche de este miércoles tenía la fotografía de algún rincón de su oficina, con el logo de la Notaria 9.

Sus seguidores lo felicitaron cuando, por primera vez, el 17 de septiembre de 2017, publicó la imagen gráfica de su “logro”.

Casi tres años después, el karma lo ha alcanzado.