24 Horas Puebla

La militancia en Morena no quita lo cortés.

Para ser un presidente que “atenta” contra la libertad de expresión, como dice el desplegado de la “comentocracia” en México, la gira de Andrés Manuel López Obrador este fin de semana demostró que el mandatario federal también teje fino.

En Tlaxcala se le vio de lo más cómodo con el gobernador priista Marco Mena, en un contexto electoral pues en 2021 habrá elección de gobernador; en Puebla también vivió las mieles en el relanzamiento de su relación política con Miguel Barbosa; y Atlixco el panista Memo Velázquez también recibió expresiones de cortesía.

Para ser el “dictador” que ve la derecha, resultó bastante dialogante el hombre de Palacio Nacional.

¿Será

Mario Delgado Carrillo, con el pie izquierdo.

El candidato a la dirección nacional de Morena, y preferido de las “fuerzas vivas” del partido de AMLO, había anunciado una conferencia de prensa virtual este sábado para la prensa poblana.

Ya próxima para realizarse, cuando la fuente ya tenía los accesos para participar y la batería de preguntas a tono, todo cambio. Que siempre no había por la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Y la prensa se quedó como novia de pueblo, vestida y alborotada.

¿Será?

Más gente en el Cuauhtémoc con un juego del Puebla en pandemia que FRENA.

No es por meter cizaña, pero los seguidores del Frente Anti AMLO (Frena) en la capital viven lo que parece la devaluación de ese movimiento ultra conservador en la tierra del conservadurismo: la capital del estado.

Nada más es cosa de echar un ojo a la movilización que despertó la estancia del presidente Andrés Manuel López Obrador en la capital poblana. Hubo quien dice que en la capital no superó la decena de automóviles, eso sí, la mayoría de lujo.

¿Será?

Para ser feroz opositora, Genoveva Huerta resultó bastante amnésica.

A la dirigente del panismo se le pasó que su padrino político, el temible Eukid Castañón, cumplió este 18 de septiembre seis meses de dormir en una celda acusado de diversos delitos. Ni pío ha dicho.

Y lo mismo sucedió cuando a otro de los suyos, Víctor León Castañeda, morenovallista igual que ella, le quitaron la notaría con la que fue premiado en ese régimen. También lo olvidó.

¿Será?