México es un país con alta prevalencia de hipertensión ya que al menos 15.2 millones de personas la padecen, señaló la Médico Especialista del Instituto Nacional de Cardiología, Nydia Ávila Vanzzini.

La especialista señaló que al menos la mitad de ellos lo desconoce por lo que es necesario acudir periódicamente al especialista y llevar un estilo de vida saludable para controlar adecuadamente la presión arterial y evitar complicaciones.

“La hipertensión arterial es una enfermedad silenciosa, ya que puede no presentar ninguna manifestación, por ello debemos prestar especial atención a realizar una medición de la presión arterial, al menos dos veces al año, así como mejorar los hábitos de vida, lo que implica realizar actividad física frecuente, el mantenimiento del peso corporal normal, un consumo limitado de alcohol, suspender el hábito de fumar, la reducción de la ingesta de sal, así como una baja ingesta de grasas saturadas ya que la hipertensión arterial frecuentemente se asocia con altos niveles de colesterol”.

La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo que más aquejan a la población mundial y, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición uno de cada cuatro mexicanos mayores de 20 años vive con esta enfermedad crónico-degenerativa, caracterizada por ser un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una presión persistentemente alta lo que puede causar daños irreversibles en el mediano y largo plazo derivados de la obstrucción de los mismos.

En el marco del día mundial del corazón, que se celebra el 29 de septiembre, el especialista en cardiología y Director General del Instituto Mexicano de Salud Cardiovascular, Luis Antonio Alcocer Díaz Barreiro, explicó que el impacto que podría tener una infección por COVID-19 en personas con hipertensión arterial y enfermedades del corazón podría tener daños irreversibles.

“Ante el panorama que estamos viviendo, es crítico que las personas con hipertensión arterial y otras enfermedades cardiovasculares sigan con su tratamiento para evitar complicaciones crónicas graves, así como aquellas que puedan presentarse durante esta temporada como la COVID-19 o alguna otra enfermedad respiratoria viral, ya que pueden generar complicaciones cardiacas que llevarían al paciente a la muerte”.