El Kremlin dijo el viernes que una botella de agua encontrada en el cuarto de hotel del líder opositor Alexei Navalny, que fue envenenado con un agente nervioso según dicen Alemania y otros gobiernos occidentales, podría haber servido como evidencia en su caso, pero fue sacada de Rusia por sus partidarios.

El equipo de Navalny dijo el jueves que la botella de agua sacada desde su habitación de hotel en la ciudad de Tomsk el mes pasado fue llevada a Alemania y se descubrió que tenía restos del agente nervioso Novichok.

Cuando se le preguntó sobre el hallazgo, el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov dijo que especialistas rusos no habían podido examinar la botella y que, por lo tanto, Moscú no podía hacer comentarios.

“No podemos explicar esto porque, como saben, esa botella, si existiera, fue llevada a Alemania o a algún otro lugar. Entonces, algo que podría haberse convertido en evidencia de un envenenamiento fue sacado, desafortunadamente. Esto (plantea) una pregunta adicional: ¿Por qué?”, dijo Peskov.

“Hay demasiados elementos absurdos en esta historia como para que se tome la palabra de alguien como un hecho”, agregó.

Rusia ha dicho que necesita ver más pruebas antes de que se abra una investigación criminal formal sobre el caso de Navalny y ha pedido a Alemania que entregue los datos médicos del opositor para revisarlos.

Los aliados de Navalny han dicho que una investigación competente sobre el caso demostrará que el Kremlin, el presidente Vladimir Putin y los servicios de seguridad rusos son responsables de envenenar al político.

El Kremlin ha calificado la acusación como infundada, afirmando que no tendría sentido envenenar a Navalny y luego permitirle viajar para que reciba tratamiento médico en otro país donde se detectaría el veneno

 

ICA

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