La Secretaría de Hacienda está considerando prolongar la relajación de reglas de crédito bancario para ayudar a la recuperación de la golpeada economía, dijo el miércoles un funcionario de alto nivel, tras la presentación de un presupuesto austero para 2021 que deja poco margen de maniobra.

El subsecretario de Hacienda Gabriel Yorio dijo que la secretaría estaba en conversaciones con la banca y Banco de México sobre la posible extensión hasta el próximo año de las medidas temporales destinadas a evitar incumplimientos y pérdidas de garantías. Las medidas fueron introducidas a principios de este año como parte de la estrategia del Gobierno para reducir el impacto del confinamiento para contener el brote de Coronavirus en el país, con el recuerdo presente de la “Crisis del Tequila” de 1995, cuando los mexicanos perdieron sus hogares y ahorros.

Yorio dijo que esperaba que se anunciara una extensión dentro de un “par de semanas”, al tiempo que sugirió que las facilidades podrían restringirse a ciertos sectores de la economía para limitar los riesgos al sistema financiero.

A principios de año, Hacienda y el banco central acordaron relajar las restricciones de calidad crediticia de los bancos. A su vez, las instituciones financieras pudieron ofrecer a los prestatarios opciones de pago para evitar incumplimientos.

“Lo que tenemos que hacer es tal vez ser selectivos con los sectores”, dijo Yorio, quien agregó que las industrias que ya habían reabierto y potencialmente tenían un mejor flujo de efectivo podrían ser excluidas de los beneficios crediticios para concentrar recursos en otras, como las aerolíneas, que enfrentarían una lenta recuperación.

 

RECUPERACIÓN LENTA

El martes, el Gobierno dio a conocer un presupuesto ajustado que tiene como objetivo reducir la deuda del país como proporción del PIB en 2021, incluso mientras el país lucha con altos niveles de contagios de Coronavirus y una lenta recuperación económica.

Durante una entrevista en el Palacio Nacional un día después de la presentación del presupuesto, Yorio reconoció que la economía de México podría tardar de dos a tres años en recuperarse y alcanzar el tamaño que tenía antes de la pandemia.

“Si la apertura económica se retrasa, podría llevarnos aún más tiempo”, dijo, y agregó que la recuperación económica es una preocupación para las agencias calificadoras que tienen a México en perspectiva negativa.

La nota crediticia del país se encuentra todavía varios escalones por encima del grado especulativo. Pero a los inversionistas les preocupa cada vez más que el soberano eventualmente siga a la petrolera estatal en su descenso a “basura”.

“Todas miden el riesgo crediticio (…) por eso es importante mantener la deuda estable”, dijo Yorio.

“Pero la segunda variable más importante es en términos de crecimiento”, dijo, y agregó que el riesgo de una rebaja era una de las principales preocupaciones de la dependencia.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido un caso atípico entre las naciones ricas y emergentes, insistiendo en límites estrictos de gasto incluso cuando la economía cayó en la recesión más profunda desde la Gran Depresión de 1929.

La segunda economía más grande de América Latina ya se encontraba en una recesión leve antes de la pandemia.

El espacio para el estímulo económico de las medidas presupuestarias se vio limitado en un país que recauda solo el 15% del PIB en impuestos, dijo Yorio, de ahí la necesidad de recurrir al sistema financiero para apoyar el crecimiento.

“No todas las medidas tienen que salir del presupuesto”, subrayó.

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