Los efectos de la pandemia por el coronavirus en el mundo no cesan, en cambio, los datos no dejan de sorprender por superar las expectativas en cuanto a pérdidas se refiere: una de ellas, los ingresos por empleos a nivel global.
“Los cierres de lugares de trabajo continúan perturbando los mercados laborales, lo que lleva a pérdidas de horas de trabajo superiores a las estimadas”, difundió ayer la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su sexto informe sobre los efectos de la crisis sanitaria.
Los ingresos obtenidos del trabajo en todo el mundo se redujeron 10.7%, es decir, 3.5 billones de dólares, durante los primeros nueve meses de 2020, en comparación con el mismo período, hace un año.
La cifra, que no incluye el apoyo a los ingresos proporcionado por los gobiernos para compensar los cierres, equivale al 5.5% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial durante los primeros tres trimestres de 2019.
Entre el segundo y el tercer trimestre de 2020, la Organización estimó la pérdida de trabajo global equivalente a 840 millones de puestos de trabajo de tiempo completo, y solo para el cierre del año, en su último trimestre, se proyecta que las pérdidas de horas de trabajo sean equivalentes a 245 millones más.
Y es que los trabajadores de las economías en desarrollo y emergentes, especialmente los que tienen un empleo informal, se han visto afectados en mayor medida que en crisis anteriores, reveló la agencia de las Naciones Unidas. En general, la reducción fue mayor para mujeres que para hombres.
ONU teme desconfianza a la vacuna
El coronavirus es la primera pandemia en la historia en la que la tecnología y las redes sociales se utilizan a gran escala para mantener a las personas seguras, informadas, y conectadas, pero estos medios también están habilitando y amplificando una pandemia de desinformación que continúa socavando la respuesta global y poniendo en peligro las medidas para controlar la crisis, como lo es la vacuna, advirtieron ayer líderes de Naciones Unidas.
El secretario general de la ONU, la Organización Mundial de la Salud y otras agencias hicieron un llamado urgente a los países para que, respetando el derecho a la libertad de expresión, desarrollen planes que promuevan la información basada en la ciencia y prevengan la difusión de información falsa sobre el virus.
“Tan pronto como el virus se extendió, los mensajes inexactos y peligrosos proliferaron en redes sociales, dejando gente mal informada”, declaró Antonio Guterres durante la 75 sesión de la Asamblea de la ONU.
LEG