La noche del domingo 11 comenzaron a aparecer pintas en las fachadas de viviendas en diversas zonas populares de la capital de Puebla en las que aún se puede leer los mensajes cuya destinataria es la presidenta municipal que apenas el lunes rindió su segundo informe de gobierno: “Claudia Rivera Ratera”.

Las pintas fueran trazadas con una caligrafía difícil, aerosol barato y con una estrategia torpe pues los autores materiales dejaron pistas evidentes. Se trató de dos individuos grabados por cámaras de seguridad de domicilios particulares en el sur de la ciudad. No admite duda la evidencia contumaz.

Las escenas de un poco más de un minuto permiten ver a un sujeto cuidarse de no ser sorprendido, traza la leyenda en la fachada de la vivienda y luego llega a la escena el cómplice, toma evidencia gráfica para el cobro respectivo, y luego se retiran ambos, según el material que vecinos afectados pusieron en manos del autor de la Parabólica.

Desde esta columna se ha señalado la persistencia de la edil de la capital para dinamitar la difícil relación que mantiene con grupos claramente identificados en su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). De su empeño por apuntar a blancos equivocados en momentos clave de la naciente vida en el gobierno de este movimiento impulsado por el obradorismo.

La falta de contundencia para señalar irregularidades cometidas en las administraciones panistas del pasado, también abonan a esa brecha de distanciamiento. En contrario, apunta baterías declarativas hacía adentro de su partido político como sucedió en el discurso del lunes 12 desde palacio municipal.

La ausencia de cortesía política aún en tiempos de la Cuarta Transformación como para ceder el cierre del ceremonial del informe al titular del Ejecutivo, subrayan los malos modos que vienen de la adolescencia política en el palacio municipal.

Eso incluye a un impulsor de su propia aspiración como abanderada en 2018, el ahora líder de la bancada mayoritaria en el Congreso, Gabriel Biestro Medinilla a quien ha conminado incluso a leer. Innoble el papel por la discordia y desacuerdo.

Las pintas trazadas entre domingo, lunes y martes dejan constancia de una práctica rupestre de los movimientos prohijados en el pasado, cuando el Partido Revolucionario Institucional demeritaba a rivales políticos en momentos de definición política.

Ese tipo de mañas mudaron a otras nóminas cuando el Partido Acción Nacional llegó al poder. Del panfleto distribuido por miles en las principales calles de la capital se pasó a la denigratoria práctica de la pinta callejera.

Nadie se hará responsable, pero queda en prenda el desacuerdo y la carnicería a la que van las cabezas del grupo en Morena, el partido que llegó paradójicamente bajo el ofrecimiento que estimuló la esperanza de México y que han terminado por reponer los malos modos de los partidos tradicionales, llenos de intereses ilegítimos e insidia.

claudiapintas1310

@FerMaldonadoMX

Parabolica.mx por Fernando Maldonado