La captura del general Salvador Cienfuegos Zepeda, exsecretario de la Defensa Nacional en la administración de Enrique Peña Nieto, es la detención del exfuncionario mexicano de más alto nivel y rango militar en la historia.

Cienfuegos está acusado de cinco delitos, entre otros, conspiración criminal para manufacturar, importar y distribuir heroína, cocaína, marihuana y metanfetaminas, y lavado de dinero, presuntamente cometidos por el General entre diciembre de 2015 y febrero de 2017.

El expediente fue presentado ante la Corte de Federal de Nueva York el 14 de agosto de 2019. Sin duda, la captura del más alto ex mando militar cimbra las estructuras fuerzas armadas. Es un asunto de novela que causa indignación.

El presidente López Obrador confiesa haberse enterado de la detención del General Cienfuegos cuando ya era un hecho consumado, lo cual demuestra la desconfianza de Washington que no alertó a México de este desenlace.

El juicio del siglo contra El Chapo, García Luna y ahora Cienfuegos Zepeda, demuestra la decadencia del pasado neoliberal, a decir del presidente López Obrador, quien no acepta un narco Estado, pero insinúa narco gobiernos del pasado. Promete una limpieza a fondo y castigo a los cómplices del General, caiga quien caiga. La inédita custodia de Cienfuegos en Estados Unidos dejó atónitos a todos.

Evidencia hasta dónde ha llegado la corrupción, el mal mayor de México. Sin embargo, también inquieta saber que los grandes golpes contra las estructuras criminales, suelen darlos allá, no acá.

Que las cárceles para encerrar a los más malos están allá, no acá… y qué para la justicia estadunidense no hay ni habrá intocables.

PAL

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