La agenda política, gubernamental y en la opinión pública de los últimos días, está cargada de algunas omisiones ominosas que no han sido nombradas en los grandes medios de comunicación; si acaso, alcanzan algunos retuits o compartidas en las redes sociales.

Mucho de lo que ocurrirá en el 2021 se está definiendo en los entretelones de los sitios de internet y los periódicos de mayor circulación, lejos del reflector, orientado por una opinión pública cargada hacia un solo lado del espectro, alineada a los amantes de “hacer buena política”.

Mientras la agenda se carga en señalar el mal comportamiento del presidente, sus opositores centrados en los dichos de la llamada Alianza Federalista (que es todo menos federalista), hay cosas no dichas, verdades a medias y basura debajo del colchón.

El rebrote de contagios de Covid-19 en algunas de las entidades de los gobernadores separatistas es inminente.

Con todo y su grupo de expertos comprometidos en fulminar la pandemia en menos de 8 semanas, Jalisco, Chihuahua, Querétaro y Nuevo León, por mencionar algunos, tienen datos alarmantes.

Ni las 14 medidas presentadas por José Ángel Córdova, Julio Frenk Mora, José Narro y Salomón Chertorivski, quienes aseguraron controlarían la epidemia en tan solo mes y medio, salvaron a gobernadores como Enrique Alfaro del fiasco en su estrategia aislada.

Más allá de ello, hoy, la reportera de Jalisco, María Luisa Estrada increpó al presidente en la mañanera y se dijo intimidada por el gobernador naranja.

“En Jalisco nos están desapareciendo, en Jalisco vamos en aumento en feminicidios, estamos a la alza en desapariciones forzadas y que yo esté aquí parada, ya me bajó la mira”.

Otra omisión fue la del Periódico Reforma, que no tuvo una sola mención en su primera plana al tema de la sentencia de cadena perpetua al líder de la secta NXIVM, el siniestro Keith Raniere.

Hay otro personaje que fue omitido hasta del debate. Se trata de Emiliano Salinas, hijo el expresidente Carlos Salinas de Gortari, de quien nada habló la comentocracia aunque buscaba alcanzar en México la imposición de una nación azuzada.

También de la comparecencia del periodista Carlos Loret de Mola, apodado por sus críticos como #LordMontajes, poco o nada se mencionó del pírrico argumento sobre el falso operativo que presentó al aire el 9 de diciembre del año 2005, y del que en 2013 admitió que fue un montaje.

Loret justificó como un “error periodístico” la colaboración con Genaro García Luna, hoy procesado en Nueva York.

Y por último, y no menos importante, nada o casi nada se mencionó el oso que hizo Alejandro Moreno, conocido como Alito, quien llamó a que sea el Estado mexicano el que “sufrague la defensa de exfuncionarios y funcionarios de seguridad nacional” acusados de traficar no solo con drogas, sino con la seguridad de los mexicanos.

Uno y más planteamientos de una opinión pública cargada a la derecha y menos democrática que nunca.

Punto para la 4T.

 

Máscaras por Jesús Olmos