El trabajo coordinado con todos los órdenes de gobierno y las acciones prontas, transparentes y efectivas que ha tomado Carlos Joaquín para enfrentar y reducir los riesgos originados por las tormentas, huracanes, la pandemia de Covid-19 y el recale de sargazo en las costas de Quintana Roo, lo han posicionado en los primeros lugares de los gobernadores con mayor aprobación ciudadana en el país.
Desde 2005, cuando fue presidente municipal de Solidaridad, Carlos Joaquín fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas al haber enfrentado eficientemente el desastre provocado por el paso de los huracanes Wilma y Emily, ambos de categoría 5, y haber impulsado la reactivación, en cuatro días, de la industria hotelera.
Esa misma dinámica de protección civil y comunicación permanente con la población, la siguió durante la emergencia por el huracán Delta que impactó en la mañana de este miércoles a la zona norte de la entidad.
Este mismo día el gobernador reportó saldo blanco en pérdidas humanas y junto con los demás órdenes de gobierno ha iniciado recorridos por los municipios para atender y reparar los daños en infraestructura, viviendas y servicios.
Como resultado, en las zonas más afectadas se ha restablecido el servicio de energía eléctrica; también se han liberado vialidades de la caída de más de mil árboles y cables eléctricos y se protegieron a un total de 1 mil 900 quintanarroenses y turistas en 45 refugios temporales.
Como parte de su política pública el gobernador gestiona el trabajo conjunto y coordinado con los órdenes de gobierno y Poderes del Estado sin distingo de siglas partidistas, así como con empresarios, ciudadanos e, incluso, con organismos internacionales y gobiernos de otros países.
De la misma forma, en la atención, a partir del 3 de junio, de la tormenta tropical Cristóbal, el gobernador coordinó los esfuerzos para apoyar a las familias de las comunidades de Othón P. Blanco, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, que fueron las más afectadas por las inundaciones, intensas lluvias, desbordamiento de ríos, destrucción de caminos y carreteras, pérdida de cultivos y ganado.
Entre estas acciones, coordinadas con el Ejército y la Armada de México, se estableció un puente aéreo para atender a las comunidades con alimentos, colchonetas, agua potable y láminas. Las brigadas de Gorras Amarillas continuaron llevando apoyo alimentario a esas familias como parte del programa Juntos Saldremos Adelante que se estableció durante la pandemia y la consecuente pérdida de empleos.
De igual manera la paraestatal CAPA tendió tuberías para la evacuación de agua pluvial estancada en viviendas y calles de esos poblados, donde se activaron albergues con servicios y centros de salud, se entregaron semillas de maíz a más de 8 mil productores para autoconsumo y 80 toneladas de pollinaza para productores ganaderos.
El gobernador sobrevoló y recorrió esas comunidades a donde las brigadas del gobierno han estado llegando también en triciclos, a caballo o en vehículos, para seguir brindando el apoyo a los más necesitados.
También como resultado de sus acciones y gestión, Quintana Roo sentó las bases para que el turismo sea decretado como actividad esencial y estratégica, una demanda planteada desde hace años por gobiernos de varios estados a la federación.
Bajo su conducción el gobierno estatal planteó un plan complementario al de la federación para reactivar la economía estatal con el reinicio de actividades en la industria turística a partir del pasado 8 de junio, lanzando antes la certificación turística voluntaria a la que ya se sumaron miles de empresas y logrando que Cancún fuera el primer destino de América en recibir el Sello de Seguridad Global que entrega el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).
Semanas antes del pico más alto de contagios en México, el gobierno de Quintana Roo había ampliado ya en casi 600% el número de camas hospitalarias para atender a los enfermos de coronavirus y durante toda la pandemia ha brindado apoyos fiscales a empresarios y apoyos alimentarios y de servicios a la población.
En la atención al arribo de sargazo, Carlos Joaquín contribuyó a que México sea un ejemplo mundial al convertirse en el único país que está atendiendo el fenómeno como política pública y problema de Estado.
Igual que como procede en cada temporada de huracanes, el gobierno de Carlos Joaquín en coordinación con la Secretaría de Marina, empresarios, brigadas ciudadanas, activó protocolos y monitoreo, para atender la llegada cíclica de sargazo.
A nivel internacional, Carlos Joaquín también posicionó a Quintana Roo como convocante de las naciones del Caribe para coordinarse y buscar una solución al recale del alga que afecta a varios países de la región.
Las crisis enfrentadas por Quintana Roo en varios frentes, por huracanes, sargazo y ahora por Covid-19, le han valido el reconocimiento al gobernador por su esfuerzo y trabajo dedicado a proteger y sostener no sólo la consolidación turística de la entidad, sino principalmente el bienestar y la vida de los quintanarroenses.
TFA