Luego del aplazamiento de los Juegos Olímpicos, el Comité Olímpico Internacional y los organizadores planean abaratar el costo del máximo evento deportivo.

Hay planificados unos 50 cambios en “temas no esenciales”, como le describe El Financiero. En su mayor parte, las ceremonias de clausura y apertura, el relevo de antorcha y las zonas de competición televisadas se verían libres de cambios. Sin embargo, sí se recortarán los carteles decorativos, las “delegaciones de inversionistas”, la cantidad total de intérpretes, el número de autobuses y las zonas de ocio. Aparte se cancelarían las ceremonias de recepción de equipos.

Lo cierto es que las estrategias de promoción en los Juegos Olímpicos son más complejas que solo poner anuncios en las transmisiones de TV. Basta observar la situación concreta de Coca-Cola, uno de los mayores sponsors de este evento deportivo. Como apunta Brizicam, la estrategia de publicidad de la compañía también involucra una buena cantidad de proyectos in-venue. Entre ellas, muestras de producto, stands de actividades y enormes decoraciones.

Si bien los recortes a los Juegos Olímpicos tal vez no tengan un impacto muy concreto en la publicidad, sí podría contribuir a acrecentar la sensación de desánimo en la industria. No hay que olvidar que, por la postergación de la pandemia, los planes de algunas marcas se vieron completamente desmantelados sin mayor remedio. Resalta el caso de Samsung, que quería usar la justa deportiva para reforzar su posición en Japón apoyado del lanzamiento de su S20.

La mayoría de los gastos más importantes ya se han hecho, como el estadio nacional de mil 430 millones de dólares y el recinto de natación de 520 millones de dólares.

“Tenemos muchas medidas, y a veces parecen pequeñas. Pero cuando las ves todas juntas suponen un gran resultado en términos de simplificación y esperemos que produzcan ahorros significativos”, dijo Christophe Dubi, director ejecutivo del COI, cuando se presentaron los planes en Tokio.

LEG

Ver nota original