La autoridad electoral chilena informó que 7,5 millones de electores participaron el domingo dentro y fuera del país en el plebiscito que dio luz verde a la redacción de una Nueva Constitución política (que reemplazará a la creada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet), la participación más alta desde 2012, cuando el país sudamericano implementó el voto voluntario.
El Servicio Electoral (Servel) dijo que la participación se empinó al 50.9% del padrón electoral de 14.8 millones de votantes habilitados para sufragar, en una elección enmarcada por la pandemia de Coronavirus y las restricciones adoptadas para frenar los contagios.
El órgano redactor del nuevo texto será una asamblea de 155 ciudadanos elegidos íntegramente para ese propósito, un hecho histórico en Chile. Estará conformada de manera paritaria por hombres y mujeres, pero aún se debate en el Congreso la participación de ciudadanos independientes, no vinculados a partidos políticos, y cupos reservados a pueblos originarios.
La elección de constituyentes será en abril y el órgano tendrá hasta 12 meses para redactar el nuevo texto, cuyas normas deberán ser aprobadas por dos tercios de los integrantes. La nueva carta será sometida a otro plebiscito y, en caso de ser rechazada, seguirá vigente la Constitución actual, que ya ha sido reformada varias veces.
“Chile dio una demostración de civismo. La gran mayoría de los chilenos prefiere los caminos de la democracia y de la institucionalidad”, dijo ayer el ministro de Interior, Víctor Pérez, al hacer un balance de la jornada.
El domingo culminó con masivos festejos en Santiago y otras ciudades del país. El proceso constitucional comenzó a tomar forma hace un año, cuando el gobierno del presidente Sebastián Piñera impulsó un amplio acuerdo político para encauzar la más masiva ola de protestas sociales en tres décadas.
AR