La ley de la probabilidad anticipa que el exgobernador Mario Marín Torres será exonerado de los cargos de tortura que ya había enfrentado en 2006, junto a Kamel Nacif Borge y Adolfo Karam Beltrán.

El tecnicismo que sugiere la entrega del periodista Ernesto Aroche en LadoB, de retirar las órdenes de aprehensión, aunado a la liberación de los elementos judiciales aprehendidos y sometidos a proceso en Quintana Roo, apunta en ese sentido.

Mario Marín regresará del claustro en el que se encuentra, a la espera de la resolución del juez que conoce del caso respecto del amparo en vías de ser revisado, junto a los de Macip y Karam.

El último gobernador priista que tuvo Puebla encontrará un escenario radicalmente opuesto al que se dibujaba en abril de 2019, cuando fueron liberadas las órdenes de aprehensión por la supuesta tortura que acusa Lydia Cacho.

En 20 meses se produjo un cambio de mapa. La correlación de fuerzas es diferente al bipartidismo que privó con el PRI y PAN en el poder público que pintaba de azul o rojo a la entidad en cada proceso electoral.

Para dar una idea del cambio profundo, tres de sus colaboradores ocupan cargos de dirección política en nuevas ofertas electorales surgidas con el arribo al gobierno federal y estatal de la Cuarta Transformación.

No formó parte del gobierno, pero si del staff político, Ramón Fernández Solana, dirigente en Puebla de las Redes Sociales Progresistas que en 2006, el año del escándalo, tenía apenas 16 años; en cambio, Rafael Moreno Valle Buitrón fue director del Fideicomiso de la Reserva Territorial Quetzalcóatl-Atlixcáyotl y en la actualidad es líder de Fuerza por México, de Pedro Haces; y finalmente, Francisco Ramos Montaño, del confesional Partido Encuentro Solidario, exdirigente del Instituto de la Juventud, en la actualidad alfil del diputado federal Fernando Manzanilla Prieto.

La nueva camada de líderes políticos, la pluralidad partidaria y el derrotero de los perfiles más conocidos en la escena anticipan un escenario inédito en materia electoral que permitirá observar con mayor escrutinio a quienes tienen las riendas de cada uno de los partidos en contienda, a las candidatas y abanderados.

Por cercanía y afecto público, una de las fuentes que será más consultada en el supuesto de que Marín Torres regrese de la clandestinidad en la que sea haya, será el dirigente de las Redes Sociales Progresistas.

Ya en ocasiones anteriores ha refrendado amistad y afectos con el exgobernador y su familia, que no son coincidentes con su pasado priista, de donde salió convencido de que el latrocinio y descomposición política fue responsabilidad de quienes pactaron con el Partido Acción Nacional: Miguel Ángel Osorio Chong, exsecretario de Gobernación; Luis Videgaray Caso, exsecretario de Hacienda y el propio Enrique Peña Nieto.

La posición de Moreno Valle Buitrón y Francisco Ramos es una incógnita. Los dos únicos colaboradores en la administración gubernamental que fue de 2005 a 2011, han guardado un silencio cómodo.

 

Parabolica.MX por Fernando Maldonado