En el Centro de Detención Familiar de Dilley, en el sur de Texas, Estados Unidos se ha registrado que por lo menos un niño migrante y una mujer, los cuales forman parte de un grupo de 28 menores y sus familias dieron positivo a la prueba de Covid-19.

Dicho grupo ha permanecido en el centro de detención por más de un año y medio.

“Estos son dos de los casos que tenemos confirmados. No sabemos exactamente cuántos podrían estar infectados”, dijo a un medio local Allison Herre, abogada del Proyecto Pro-bono Dilley, representante de las familias.

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Asimismo, señaló que el menor de ocho años originario de un país centroamericano dio positivo a la prueba esta semana, lo mismo que la mujer que se encuentra en peligro de deportación al igual que el resto de los detenidos en el mencionado centro y a quienes se les ha negado el derecho de presentar sus casos de asilo en el país norteamericano.

De acuerdo con los relatos de los migrantes, estos pidieron asistencia médica por varios días, debido a que el menor presentaba síntomas relacionados al Covid-19; sin embargo, sus peticiones no fueron escuchadas, aseguró Herre.

Durante el tiempo que el menor no fue atendido y permaneció en contacto con otros niños y adultos en el centro, lo que podría representar un riesgo a las demás personas. Tras el resultado, los contagiados ya han sido puestos en cuarentena.

“Nuevamente nos damos cuenta de que las familias migrantes corren un gran riesgo en los centros de detención. Ellos no han traído el virus del Covid-19 con ellos; alguien tuvo que traerlo de afuera y el centro falló en su deber de protegerlos”, dijo la abogada.

La semana pasada el grupo Aldea-Centro de Justicia para la Gente y otras organizaciones denunciaron que 28 niños migrantes y sus familias han pasado más de un año y medio en detención en Texas y Pensilvania, y están en riesgo de ser deportados después de que se venciera la orden judicial que los protege.

Las 23 familias son originarias de Guatemala, Honduras, El Salvador, Ecuador, Chile, Nicaragua, Perú y Haití. Las edades de los niños oscilan entre los 2 y 18 años.

Algunos de ellos se encuentran en Dilley mientras que otros dos están en el Centro Residencial de Berks en Pensilvania.

A las familias no se les ha permitido presentar sus caso de asilo debido a que cuando ingresaron al país aún estaban vigentes normas impuestas por la Administración del presidente Donald Trump.

 

 

EFVE

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