Un profesor universitario explicó la propagación de la enfermedad de Covid-19 a través del consumo de Zubat, una especie de Pokémon murciélago.

Matan Shelomi, profesor asistente de entomología en la Universidad Nacional de Taiwán, afirmó en un artículo que el consumo de esta especie ficticia sería la causante de la pandemia en Cyllage City.

El hombre no sólo basó su texto en un animal ficticio, sino que mencionó una ciudad que también está relacionada a Pokémon y dijo que el trabajo estaba coescrito por autores como la “enfermera Joy” y “House de Pokémon”, parte del popular anime.

Aunado a ello, citó declaraciones “del autor Bruce Wayne“, del cual dijo que era parte del “Gotham Forensics Quarterly“, especialista en el uso de murciélagos para combatir el crimen.

Incluso, el académico consiguió que su estudio fuera publicado en la revista científica American Journal of Biomedical Science & Research.

Otros de los “autores” citados por Shelomi son: Jesse J James, del Rocket Science Monthly, por su detección del Covid-19 en los Meowth, otra especie de Pokémon.

Así como al Profesor Oak; Harry Potter, Ron Weasley, Hermione Granger (autores del “Nuevo rinovirus responsable de la infección del ojo de tritón. Criaturas mágicas”); Winnie Pooh (autor de “Similitudes entre políticos y osos de ficción”).

Además de: Los Osos Berenstain, Las Tortugas Ninja; Pinky y Cerebro; y Bob Esponja.

 

La verdad detrás del estudio de Pokémon

Sin embargo, el artículo fue parte de un ejercicio para mostrar el peligro de la desinformación y la poca rigurosidad de algunas publicaciones para corroborar o pedir una revisión por parte de otros investigadores.

Shelomi explicó a través de The Scientist, que Catherine Nichols, editora de la revista American Journal of Biomedical Science & Research, tuvo el gusto de anunciarle que su artículo había tenido comentarios positivos y había sido aceptado para su publicación.

Matan Shelomi contó que no es el único artículo falso sobre Pokémon que ha conseguido que sea publicado, o aceptado para su publicación, pues ha escrito sobre otras criaturas como Pikachu, Porygon y Tangela.

Aceptó que un argumento para que publicaciones científicas acepten sus textos podría ser que los investigadores no reconocen nos nombres de los Pokémon. Pero dijo que ello también habla de la falta de corroboración.

El académico calificó a las revistas que aceptaron sus artículos falsos como “depredadoras”, pues dijo buscan la retribución económica por parte de los autores, para que así sus trabajos aparescan en estos espacios.

Como muestra, compartió la carta de Nichols, en la que tras notificarle que había sido aceptado, le recuerda la forma de pago.

“Parecen legítimos, pero no practican la revisión por pares, ni la edición, ni siquiera una verificación de la realidad”.

Aseguró que editores como los del BiomedGrid, OMICS o Longdom Publishing aceptarían cualquier cosa mientras se acuerde el pago de lastarifas de acceso abierto, que son a veces menores de 100 dólares y pueden llegar a varios miles.

“No he pagado ni un centavo hasta ahora, ya que algunas de estas revistas publican los manuscritos enviados antes de recibir el pago”, acotó.

Tachó a estas revistas como “blogs costosos”, sin más confiablidad que “el feed de Twitter de una celebridad”.

Citan a Matan Shelomi

El académico agregó que su artículo ya ha sido citado por otros investigadores, como un físico en Túnez, en su estudio “Los múltiples efectos del brote de Covid-19”, que salió en la revista, The International Journal of Engineering Research and Technology.

“No solo citó mi artículo, sino que también citó una de mis referencias inventadas, “Signos y síntomas de la infección por Pokérus”, como el artículo que identificó por primera vez el SARS-CoV-2. Cuando le pregunté al autor cómo sucedió esto, no vio ningún problema en citar un artículo que nunca leyó mientras escribía un artículo fuera de su campo”, contó

Shelomi remarcó la importancia de la revisión por pares, en particular cuando se trata de temas se salud pública.

“La diferencia, la edición y la revisión por pares, es fundamental: cuando se trata de salud pública, las revistas falsas son un peligro real”.

Afirmó que la mayoría de los autores que publican en revistas “depredadoras” son investigadores ingenuos de países en desarrollo. Pero también añadió que existe una amplia oportunidad para usar esos lugares deliberadamente para impulsar el fraude y la desinformación.

“¿Qué impide que alguien, usando su nombre real o un nombre falso (¡o tu nombre!), Publique un artículo que afirme que el jugo de col rizada previene el SIDA, que las vacunas causan transexualidad, que ciertas razas son inferiores o cualquier otra tontería igualmente erótica, y luego citando públicamente ese documento como evidencia? La respuesta es nada. Ya se ha hecho”.

 

Pide no confiar

Matan Shelomi recordó el caso de desacreditación de sobre el diagnóstico de “Lyme crónica“, una enfermedad transmitida por las garrapatas, ocasionada por la bacteria Borrelia burgdorferi.

En éste, un supuesto investigador publicó un artículo tratando de asegurar que los casos crónicos de esa enfermedad rara vez son ciertos, y que incluso los pacientes ni siqueira la tenían.

“En revistas de revisión depredadoras y posteriores a la publicación (que aceptan y publican todos los manuscritos bajo el supuesto de que los lectores los revisarán más adelante). No se debe confiar automáticamente en todos los documentos formateados como artículos científicos”.

Apuntó que las revistas serias también han publicado ese tipo de contenido, pero una vez que se descubren los fraudes, se retiran, aunque a veces eso no sucede.

“Hasta ahora, se han retirado más de 30 artículos sobre COVID-19 . Mi artículo y el que lo cita no lo han hecho y nunca lo harán”.

The Scientist indicó que el artículo de Shelomi sería retirado, pues el American Journal of Biomedical Science & Research le informó que no ha pagado las tarifas de publicación.

 

fahl

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