Los Rivera acaparan reflectores.
Será parte del genoma de quienes llevan ese apellido, pero ayer que colectivos feministas decidieron plantarse para demandar a los legisladores acciones para legalizar la interrupción del embarazo, una de los Rivera apareció con fuerza protagónica.
La presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco decidió aparecer a las puertas del Congreso del Estado cuando ya las puertas del recinto estaban cerradas. Las intenciones parecieron buenas… si las hubiera hecho hace años que los grupos feministas han luchado para ese propósito, pero ahora que es edil de la capital suena a protagonismo puro.
¿Será?
En la capital, cada quien lo suyo.
Resulta que el Lalo Rivera “fake” que aparece en anuncios espectaculares para promover su programita de radio con miras a posicionarse en la contienda por la capital de Puebla es promovido en grupos de chats de vendedoras profesionales de emprendedoras poblanas.
“Este anuncio es para mujeres que quieran asistir mañana (miércoles) a un desayuno gratuito con Lalo Rivera” en el Barrio de San Juan, Prolongación de la 24 Sur.
Ya tendrá tarea el Instituto Estatal Electoral materia para analizar si lo que hace el Lalo Rivera “fake” es o no, promoción anticipada.
¿Será?
La casaca del Puebla FC, como la piel.
De entre el cúmulo de seguidores que tiene el equipo de fútbol de primera división en Puebla, el que más atención concentra es el del diputado de Morena, Emilio Maurer Espinosa.
No sólo fue dueño del equipo, sino que además consiguió llevar a los lugares más altos del máximo circuito al Puebla FC.
En un video que compartió en sus redes sociales llamó al cuerpo técnico y jugadores a “hacer cosas chingonas” este miércoles que enfrentará al Club León en el partido de ida del los cuartos de final del Guardianes 2020.
¿Será?
Criterio de oportunidad como larines.
Ahora qué hay tanto y tanta detenida por probables casos de corrupción, como el caso de la ex Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, no se extrañe si aquí cerquita sucede lo mismo.
En breve se sabrá quién querrá apegarse a esa definición de testigo colaborador y entonces sí, que Dios los agarre confesados.
¿Será?