Las autoridades centroamericanas comenzaron el jueves a tratar de disolver una caravana de cientos de hondureños que partieron rumbo a Estados Unidos para escapar del devastador impacto de los huracanes Eta e Iota.

En Honduras, los oficiales establecieron puestos de control, interceptando a los grupos que pretendían unirse a la caravana y alentandolos a regresar a casa, dijeron medios locales.

Las autoridades migratorias de Guatemala advirtieron a los viajeros que necesitan pasaportes y pruebas de Coronavirus negativos para ingresar al país.

La caravana es la primera desde que Joe Biden derrotó al presidente estadounidense, Donald Trump, en la elecciones del 3 de noviembre.

Biden ha prometido seguir una política migratoria “humana” y prometió un millonario plan para abordar los factores subyacentes que impulsan la migración desde Centroamérica.

Sin embargo, la destrucción causada por los ciclones, que sólo en Honduras dejaron más de cuatro millones de personas afectadas, severos daños en infraestructura carretera, cultivos y unas 100 muertes, podría representar un desafío inicial para la estrategia del próximo mandatario.

“Estaba viviendo debajo de un puente en casitas de nylon”, dijo telefónicamente Yey Rivera, de 24 años, quien afirma que después de que la tormenta destruyó su casa y la ayuda del Gobierno nunca llegó, decidió unirse a la caravana.

“Lo que más me duele es dejar a mi mamá sola ahí en la calle, en ese puente”, agregó. “Tengo que ser fuerte para ayudar a mi mami”.

 

EFVE

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