La polémica por la llegada de Tatiana Clouthier a la secretaría de Economía federal despertó los demonios más escondidos del antilopezobradorismo, definido por el periodista Hernán Gómez, como AMLOfobia.
Durante los últimos días, las redes sociales ardieron ante los cinco nombramientos de mujeres en puestos clave del gobierno. De acuerdo con el presidente, no se trató de una cuota de genero sino de perfiles que definió como incorruptibles.
Más allá de las cuotas y los cuates, la cercanía o la popularidad, y hasta la confianza que debe tener el presidente en turno con su gabinete, el nombramiento de Clouthier es por mucho una bocanada de aire fresco para la 4T.
Sus detractores difundieron que no cuenta con el perfil para ser secretaria de Economía y que el gabinete presidencial está repleto de gente sin formación académica; sin embargo, omitieron, flagrantemente, algunos datos del mapa completo de la historia.
La funcionaria de 57 años, es efecto es licenciada en Lengua Inglesa, pero tiene una maestría en Administración Pública y profesionalmente se ha desarrollado en áreas de Ciencias Políticas, Sociales y Económicas. Además, en su currículum, se ubica que ha sido diputada federal en tres ocasiones, dos por el PAN y actualmente por Morena. Ocupó diversos cargos en administraciones panistas en Nuevo León en áreas enfocadas a la inversión y es una prominente interlocutora con el sector privado lo que juega a favor en el crecimiento urgente de la nación.
Otro reproche que refleja una profunda hipocresía de los críticos de Tatiana, es que en el pasado no dijeron ni una palabra de nombramientos tan polémicos, que rayaron en los indignante, pero ahora desprecian la participación de mujeres en el gabinete federal.
Uno de los nombramiento es el de Luis Videgaray Caso, aquel secretario de Relaciones Exteriores que llegó a aprender y que terminó por generar el mayor fiasco de la historia de nuestra relación con los Estados Unidos de la mano del yerno de Donald Trump.
Uno que ha sido ampliamente comentado estas semanas, es el nombramiento de Fidel Herrera Beltrán, ex gobernador de Veracruz, quien, sin ningún perfil diplomático y pasando de largo al Senado, aprovechó su amistad con Enrique Peña Nieto para una estancia todo pagado en Barcelona y desde ahí hacer política y dialogar con importantes… ¡blanqueadores de dinero y renombrados narcotraficantes!
Y hay tantos ejemplos más…
¿Y la responsabilidad histórica?
Ahora es muy fácil sentarse a la mesa y decir que todo lo malo que pasa en el país es culpa de un solo partido. Bajo esa premisa se sustenta la unión de los Partidos, Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática en el llamado PRIANRD.
Siendo pública por primera vez bajo el manto de Enrique Peña Nieto, la ahora alianza antiMorena se niega a asumir su responsabilidad histórica por la emergencia nacional y encalla en una unión sin sentido, sin ideales y sin salida.
¿Qué le dirán a los morenovallistas y marinistas, a los borgistas o joaquinistas, a los fidelduartistas y sus contras de cuna los yunistas? O al ciudadano cualquiera que prometió nunca votar por uno u otro reconociendo herencia, legado y tragedia.
Máscaras escribe Jesús Olmos
@Olmosarcos_