Si hacía falta documentar el poderío económico que alcanzó el inquilino del penal de Tepexi de Rodríguez acusado de diversos delitos como falsear información, extorsión y lavado de dinero, Eukid Castañón, a las manos del autor de la columna llegaron fotografías de un automóvil Rolls Royce, considerado el auto más lujoso en el mundo que era conducido por un chofer de nombre Gerardo SH, a quien la Fiscalía General presentó en calidad de testigo.

Para “mortales” como todos nosotros, surgen datos que sorprenden de la nueva confiscación de este automóvil el viernes pasado: su precio puede llegar a los 290 mil euros, lo que al tipo de cambio puede alcanzar 6 millones 960 mil pesos y que se trata de un medio de transporte del gusto de la Corona Inglesa. Literal, no es para súbitos ni plebeyos.

Sin placas, en tonos de color vino en los exteriores, luce impecable incluso en sus acabados en el interior de piel en colores claros. Tracción automática, volante clásico en la parte frontal luce la icónica estatuilla bautizada por los creadores de la marca Rolls-Royce: Espíritu del Éxtasis.

El imputado de los delitos ya descritos rompió toda la regla no escrita en la historia reciente de la política en el país que obliga a la discreción para evitar ser vulnerable, incluso más aún en tiempos de la Cuarta Transformación, y en consecuencia, ser opositor.

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El auto de la realeza no es la única excentricidad encontrada entre las posesiones del inquilino del sistema carcelario en Puebla. A mediados de julio de este año la Fiscalía General del Estado hizo un hallazgo que constó de obras de arte de incalculable valor almacenadas en una bodega localizada en el número 3512 en el bulevar Atlixco, del que el autor de la columna dio cuenta.

Unos días después, en otra entrega de la columna, fue narrado un episodio que no podía dejarse en el olvido: la existencia de un departamento en el Distrito 16 de París, Francia en donde se encuentran las residencias del ex presidente Nicolás Sarkozy o de Louis Vuitton,  a diez minutos de la Torre Eiffel, por la zona de Trocadero.

La mansión en la Laguna de Bacalar, Chetumal y el departamento de súper lujo en Cancún eran ya de una ostentación mayúscula que ahora palidecen. Un grupo de trabajadores que aún se resisten a revelar su identidad y que estuvieron al servicio de las empresas del ex vicecoordinador de la bancada del PAN en la LXII Legislatura dijo que había cisternas llenas de billetes.

Los hallazgos podrían ir en aumento a partir de la detención de la única pieza que parece clave para rastrear movimiento de dinero, tráfico de influencias y cómplices en la esfera del poder. Se trata de Lorena J., a quien la misma dependencia encontró refugiada en Mérida, Yucatán.

La forma de operar del imputado consistía en la estructuración de diversos equipos de trabajo que tenían tareas específicas sin que unos supieran qué trabajo desempeñaban otros equipos. Probablemente Lorena J., haya sido la única que guardada conexión con una y otra estructura de responsabilidad.

 

Parabolica.mx por Fernando Maldonado