El ex gobernador de Puebla, Antonio Gali Fayad, sí será candidato a una diputación federal, por doble partida. El dirigente nacional del Partido Acción Nacional, Marko Cortés y el ex mandatario cerraron el acuerdo que comenzó en octubre pasado, cuando en esta columna se contó lo ocurrido entre ambos en el contexto del informe del presidente municipal de Atlixco, Guillermo Velázquez (https://www.parabolica.mx/2020/columnas/parabolica/item/13460-marko-cortes-y-tony-gali).
Gali Fayad trae en la bolsa la diputación plurinominal por la cuarta circunscripción. Al mismo tiempo hará campaña por una curul de mayoría relativa debido a la urgencia que el panismo tiene de ir por la pesca grande de sufragios que le permita arrebatar la mayoría en el Congreso al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Para el ex mandatario que no es militante de Acción Nacional significa el regreso a la escena pública con capital político propio después de la sombra que provocaba para él y su grupo la presencia dominante del fallecido Rafael Moreno Valle y su operador y sometido a tres procesos penales en la cárcel de Tepexi, Eukid Castañón Herrera.
Al mismo tiempo la probabilidad de “lavar” el nombre y la posición de la familia -Eddy y Tony, sus hijos- del involucramiento en negocios ilegales desde que ocuparon cargos en la gestión de Moreno Valle y luego durante el mini mandato, que apenas abarcó 18 meses.
Es cierto que una ventaja competitiva que tiene, como el resto de los contendientes por un cargo de elección popular, es la ausencia de López Obrador en la elección de medio término en el próximo periodo, lo que abra la posibilidad de triunfo en la capital y zona metropolitana, marcada históricamente a la derecha.
En detrimento del propio Gali, la ausencia de los perfiles que lo hicieron ganar el proceso electoral en 2017 y que abrió la puerta al continuismo del morenovallismo hasta el deceso de la esposa del propio jefe de ese clan, Martha Erika Alonso Hidalgo, con la caída del helicóptero el 24 de diciembre de hace dos años.
Habrá nuevos paradigmas en toda la escena electoral en 2021 que permitirán deducir qué rentabilidad electoral ofrece al panismo y sus nuevos aliados como el Partido Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, un perfil como el del ex mandatario que de mala manera debió cargar con los imponderable de su antecesor, obsesionado con la Presidencia de México y un control férreo de todo cuanto tuviera que ver con la vida pública en el estado y el país.
En el cuarto de guerra de la probable campaña de Gali habrá ausencias notables, comparativamente a lo ocurrido en 2016: Martha Erika Alonso, fallecida en 2018; Maximiliano Cortázar, único en haber repetido asiento en dos campañas, la del propio ex mandatario Gali y de la panista que pereció junto a Moreno Valle; Eukid Castañón, sujeto a procesos por los presuntos delitos de lavado de dinero, falsear información y extorsión.
Si acaso, el profesional de la diatriba y la injuria, Marcelo García, reconvertido al panismo y la presidenta Genoveva Huerta tengan un asiento. Ya se verá.
Parabolica.mx por Fernando Maldonado