El piloto francés de Haas, Romain Grosjean, vio su vida en latente peligro después del accidente en el pasado Gran Premio de Bahréin donde su monoplaza se incendió por completo, y tuvo que ser hospitalizado, pero de forma increíble, sólo tuvo quemaduras en las manos, y ahora el galo enseñó sus manos sin el vendaje.

“Pensé en Niki Lauda, juré que yo no iba a terminar así, era imposible, mi última carrera no puede ser así. Me volví a sentar, vi la muerte y pensé que eso era todo, que iba a morir”, publicó Grosjean en su cuenta de Instagram.

“El 50% está de vuelta. Maldita sea, me hace muy feliz tener mi mano derecha libre de vendajes. Montones de crema todo el día, pero se siente bien verla en tan buena forma. Estoy esperando que mi mano izquierda se recupere ahora”, así se expresó 11 días después del terrible accidente.

“Lo recuerdo todo. Recuerdo el golpe y, a pesar de las cifras impactantes de 53G (de fuerza del impacto), a mí no me pareció tan violento. Recuerdo desabrocharme el cinturón, intentar salir del coche y no poder porque estaba atascado. Pensé que tal vez podía estar bocabajo y que ya vendrían por mí sin problema, así que me volví a sentar. Esperé un poco, miré a mi derecha y vi un color naranja muy fuerte, pero al principio no entendí lo que pasaba. Luego me di cuenta de que era fuego, intenté salir por la derecha pero no pude; intenté salir por la izquierda y tampoco, así que me volví a sentar”, declaró Grosjean en la primera entrevista que concedió después del choque.

 

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Todavía no se conoce el futuro del piloto francés, aunque es una gran noticia la evolución de sus manos, y el buen ánimo que mostró.

AR

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