La otra elección.
Será este lunes a las 11 de la mañana cuando la aspirante con mayores probabilidades de triunfo en la elección del gobierno de Tlaxcala, Lorena Cuéllar registre su precandidatura por Morena.
Será la segunda aspirante pues antes hizo lo propio la huamantleca Dulce Silva, esposa de César Yáñez, ex vocero de Andrés Manuel López Obrador.
Genoveva vive con un amparo bajo el brazo.
La presidenta estatal del Partido Acción Nacional, Genoveva Huerta Villegas acumula negativos políticos por su falta de asepsia en el manejo de las finanzas y candidaturas en ese partido, pero también en el ámbito político por su empeño en aliarse con sus adversarios históricos en el Partido Revolucionario Institucional.
La militancia, sus cuadros y liderazgos que ya están hasta el cansancio del desatino que suele distinguir a esta inoperante mujer en la política acaso distinguen un atino: los abogados que contrató para frenar las acciones legales por sus apetitos por el dinero han podido tramitarle hasta cuatro amparos.
Bien valdría la pena que informara si los honorarios de la defensa legal son cubiertos por dinero de las arcas del PAN o salen de su propio bolsillo. Si es así, ahora sí que como planteaba Chicoché: “¿quién pompó?”.
¿Será?
Cascajo político.
A propósito de las alianzas antinatura entre PRI y PAN (PRD también va en el boleto), ya el tricolor abrió la puerta a los traidores que en periodos pasados jugaron las contras y en favor del régimen panista en Puebla. Ahí están las dirigencias de la CTM con el advenedizo Leobardo Soto y en la CNOP, Jorge Márquez, quienes en su momento apostaron a la derrota del partido en el que ¿aún militan?
En el PAN sucede exactamente lo mismo: el partido de Genoveva Huerta terminó por admitir al enano del tapanco que ahora juega como diputado local, carga en brazos niños y se toma fotos con gente de sectores vulnerables. Cunde la política de la genuflexión, porque Marko Cortés está por regresar sus cartas credenciales al matrimonio Calderón-Zavala, derrotado en su intento por constituir su propio partido.
La temporada de recolección de los despojos políticos tienen carta de naturalización en esta etapa preelectoral.
¿Será?
Política y delincuencia a la vista.
Cuando el viernes pasado, el gobernador Miguel Barbosa dijo que ya era tiempo de que la sociedad sepa qué sucedió en la elección de 2018 en el que se desató la más violenta jornada electoral, diversos actores de la vida pública comenzaron a aventar culpas, responsabilidades y a lavarse las manos.
Los nombres todo mundo los conoce. Siguen en la operación y el complot desde las cañerías, el lugar en el que habitan desde que el PAN fue despojado de sus privilegios.
¿Será?