Es probable que Venus haya mantenido temperaturas estables y alojado agua líquida durante miles de millones de años antes de que un evento desencadenará cambios drásticos en el planeta, según estudios.

Actualmente Venus tiene una temperatura superficial de 450 °C y una atmósfera dominada por dióxido de carbono de 96%, con una densidad 90 veces mayor que la de la Tierra.

Venus es un lugar totalmente inhabitable, excepto que quizás en las nubes a unos 60 kilómetros de altura, donde el reciente descubrimiento de fosfina puede sugerir vida flotante. Pero la superficie es totalmente inhóspita.

Según modelos climáticos frecuentes, durante gran parte de su historia, Venus tuvo temperaturas similares a las de la Tierra, probablemente también tuvo océanos, lluvia, nieve, continentes y placas tectónicas, e incluso pudo haber tenido vida en la superficie.

Sin embargo; hace menos de mil millones de años, el clima cambió drásticamente debido a un efecto invernadero desbocado. Se puede especular que un periodo intensivo de vulcanismo bombeó suficiente dióxido de carbono a la atmósfera para causar este gran evento de cambio climático que evaporó los océanos y provocó el final del ciclo de agua.

Evidencia de Cambio

Desde principio de la década de 1990, el equipo de investigación de la Universidad de Carleton, y más recientemente mi equipo de Siberia en la Universidad Estatal de Tomsk, han estado mapeando e interpretando la historia geológica y tectónica del noble planeta.

Las misiones soviéticas Venera y Vega de las décadas de 1970 y 1980 aterrizaron en Venus y tomaron fotografías, asimismo, evaluaron la composición de las rocas, antes de que los módulos de aterrizaje fallaran debido a la alta temperatura y presión.

Sin embargo, nuestra vista más completa de la superficie de Venus fue proporcionada por la nave espacial Magellan de la NASA a principios de la década de 1990 , que utilizó un radar para ver a través de la densa capa de nubes y producir imágenes detalladas de más del 98% de la superficie de Venus.

Similitudes Terrestres 

En la búsqueda de evidencia geológica del gran evento de cambio climático, los investigadores se enfocaron en el tipo de rocas más antiguas de Venus, llamadas teselas, que tienen una apariencia compleja que sugiere una historia geológica larga y complicada.

“Pensamos que estas rocas más antiguas tenían la mejor oportunidad de preservar evidencia de erosión hídrica, que es un proceso tan importante en la Tierra y debería haber ocurrido en Venus antes del gran evento de cambio climático”.

Dados los datos de altitud de baja resolución, se utilizó una técnica indirecta para tratar de reconocer antiguos valles fluviales. De igual manera se demostró que los flujos de lava más jóvenes de las llanuras volcánicas circundantes habían llenado valles en los márgenes de las teselas.

Para comprender cómo el vulcanismo en Venus podría producir tal cambio en el clima, se buscaron analogías en la historia de la Tierra.

“Podemos encontrar analogías en super-erupciones como la última erupción en Yellowstone que ocurrió hace 630 mil años”.

Sin embargo, el vulcanismo es pequeño en comparación con las grandes provincias ígneas (LIP) que ocurren aproximadamente cada 20-30 millones de años. Estos eventos de erupción pueden liberar suficiente dióxido de carbono para causar un cambio climático catastrófico en la Tierra, incluidas extinciones masivas.

Los análogos de LIP en Venus incluyen volcanes individuales que tienen hasta 500 kilómetros de ancho, extensos canales de lava que alcanzan hasta 7 mil kilómetros de largo, y también hay sistemas de grietas asociados, donde la corteza se está separando, de hasta 10 mil kilómetros de largo.

Si el vulcanismo estilo LIP fue la causa del gran evento de cambio climático en Venus, la Tierra podría imaginar un escenario similar dentro de millones de años en el que múltiples LIP que ocurren aleatoriamente al mismo tiempo podrían hacer que nuestro planeta tenga un cambio climático desbocado terminando con condiciones parecidas a las de Venus.

 

EFVE

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