La agencia calificadora Moody’s dijo el martes que las expectativas de crecimiento económico de mediano plazo para México han continuado deteriorándose por la pandemia del Coronavirus, y añadió que las políticas gubernamentales podrían retrasar su recuperación.

La firma, que mantiene la calificación crediticia soberana en Baa1 con perspectiva negativa, pronosticó la semana pasada que la segunda mayor economía latinoamericana no retomaría los niveles previos a la epidemia antes de 2023.

“La pandemia ha exacerbado las tendencias negativas de crecimiento que se habían hecho evidentes en 2019 y que persistirán más allá de 2020″, aseguró Moody’s en un comunicado en el que proyectó que el Producto Interno Bruto (PIB) local cayó un 8.8% el año pasado.

Para 2021, la calificadora prevé un rebote de la economía mexicana de un 3.5%, aunque una analista de la agencia advirtió en conferencia de prensa que ese pronóstico no está asumiendo la posibilidad de nuevos cierres masivos, ni cambios importantes en las políticas de confinamiento ejecutadas hasta ahora.

“Si el gobierno se ve forzado a cerrar de manera mucho más agresiva negocios y la movilidad, o si hay un rezago mucho más pronunciado en la manera en que se implemente la vacuna en México, tendríamos que revisar a la baja nuestros supuestos de crecimiento y postergar el pronóstico de recuperación“, dijo Ariane Ortiz-Bollin, analista sénior de Moody’s.

A fines de diciembre, la populosa capital Ciudad de México y el aledaño Estado de México se vieron obligados a regresar a una cuarentena estricta hasta enero, ante el alza de hospitalizaciones por coronavirus, lo que golpeó las expectativas de recuperación de la economía para esos dos meses.

La respuesta del Gobierno a la pandemia ha sido limitada en el apoyo para empresas y hogares, de acuerdo con Moody’s, y, por lo tanto, aseguró que ha hecho poco para contrarrestar el impacto económico, lo que dificulta su capacidad para recuperarse más rápido.

Moody’s añadió que el presupuesto para este ejercicio está basado en una previsión optimista de un crecimiento del 4.6%, sobreestimando los ingresos del Gobierno provenientes de la producción de petróleo y, por otro lado, subestimando el apoyo que requerirá la endeudada petrolera estatal Pemex.

 

AR

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