Si lo que el Movimiento de Regeneración Nacional busca es mujeres y hombres honorables para alcanzar una candidatura en la antesala del proceso electoral de este año, varios personajes no podrían transitar.

La víspera, Mario Delgado Carrillo dijo a la reportera Yazmín Curiel que quienes busquen ser abanderados “deben gozar de una buena reputación y de haber formado parte de la lucha en favor de la democracia”.

Uno de los debates más intensos en estos días en ese partido es el de la designación de Félix Salgado Macedonio al gobierno del estado de Guerrero, acusado recurrentemente de haber cometido abuso sexual.

Testimonios de las edecanes de las cámaras legislativas por donde fue legislador este personaje de la picaresca, abundaron en su momento. En el presente es aún más delicado porque se trata del partido en el poder y autollamado a “transformar la vida pública en el país”, según dice la narrativa propagandística.

Ahí está la figura de José Juan Espinosa, que llegó a la diputación local con un discurso fatuo bajo el brazo de “obradorista”, que le permitió amasar una fortuna que sus mismos cercanos aún son incapaces de cuantificar.

Espinosa Torres, han dicho, se inscribió el fin de semana para ser candidato de Morena a una diputación federal en medio de un conjunto de señalamientos que van más allá de la acusación verbal.

Nadie ha podido confirmar esa posibilidad, pero la sola idea de regresar a la diputación local a la que solicitó licencia por un conato de excesos y sus característicos  exabruptos parece una intención descabellada.

No se trata de una invención, leyenda urbana ni maledicencia, como suponen integrantes de la clase política cuando se les descubre en actos indebidos, al margen de la ley y políticamente incorrectos.

En contra de este personaje existen dos denuncias por los probables delitos de peculado y delincuencia organizada que presentó ante la Fiscalía General del Estado la Auditoría Superior del Estado, cuyos números son 752/200/FECC/UI-A y 753/2020/FECC/UI-A.

La arrogancia de quien fue servidor público en el periodo en el que fue acuñado el “Grupo Finanzas” con el fallecido Rafael Moreno Valle y el cuñado Fernando Manzanilla, lo coloca en un plano similar al del exoperador del compacto grupo: Eukid Castañón.

La existencia de un presunto “acuerdo” construido con la intervención de Ricardo Monreal, el coordinador de los senadores que también patrocina a Alejandro Armenta, que permitía a ‘JJ’ ponerse a salvo de las acusaciones por posibles actos delictivos está por desvanecerse.

En febrero próximo estará lista la precandidatura de Morena a diputaciones federales. Sería el momento propicio para la reactivación de los expedientes que obran en la FGE. 

Si las órdenes de aprehensión libradas por la Fiscalía General del Estado en octubre pasado no fueran argumentación suficiente para obligar a este exedil de San Pedro Cholula a quedarse en su refugio, está el expediente por el que fue obligado a tomar cursos de sensibilización para evitar cometer otra vez violencia política de género.

El expediente de aberrantes al amparo del poder es robusto, los agravios superan todo límite y las razones para guardar a ‘JJ’ abundan.

 

@FerMaldonadoMX

Parabolica.MX por Fernando Maldonado