El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, rindió este martes homenaje a los 400 mil fallecidos por el Covid-19 en ese país, el más enlutado por la pandemia en un mundo que endurece las medidas ante cifras récord de contagios y muertos.

“A veces es difícil recordar. Pero esa es la forma de sanar. Es importante que hagamos esto como país”, indicó Biden en un breve discurso delante del estanque de la explanada de Washington iluminado por 400 luces.

“Hagamos brillar las luces en la oscuridad a lo largo del estanque sagrado de la reflexión y recordemos a todos los que hemos perdido”, agregó el demócrata de 78 años, que estaba acompañado de la vicepresidenta electa Kamala Harris.

Los fatídicos balances de la pandemia se acumulan, superando los dos millones de muertos en el mundo.

La campaña de vacunación iniciada en diciembre en Estados Unidos avanza más lentamente de lo previsto. Solamente 10 millones de personas han recibido una primera inyección, muy por debajo de los 20 millones previstos para finales de ese mes.

Biden, que sucede el miércoles a Donald Trump al frente de la Casa Blanca, prometió acelerar la campaña de inoculación para llegar a 100 millones de vacunaciones en el 100º día de su presidencia. “Podemos conseguirlo. ¡La salud del país está en juego!”, aseguró.

Además dijo que en su primer día de gobierno hará obligatorio el uso mascarilla en locales y espacios dependientes del Estado federal así como en los desplazamientos entre estados, algo que Trump rehusó siempre hacer.

Las diferentes estrategias entre ambos quedaron a la luz el lunes cuando el presidente saliente anunció la readmisión de ciudadanos europeos y brasileños a partir del 26 de enero, pero fue de inmediato contradicho por la portavoz del presidente electo.

“No es el momento de levantar las restricciones a los desplazamientos internacionales”, declaró en Twitter Jen Psaki, que será la portavoz del nuevo presidente Biden.

“Fracaso moral” 

Mientras la lucha contra el virus continúa, un informe de expertos independientes acusó este martes a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a China de no haber tomado medidas de salud pública más enérgicas en enero de 2020, al inicio de la pandemia.

La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, desestimó las críticas: “Como el primer país en hacer sonar la alarma contra la pandemia, tomamos medidas rápidas y decisivas a pesar de que teníamos información incompleta en ese momento”.

Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, aseguró que el mundo tendría un “catastrófico fracaso moral” si los países ricos acaparan las vacunas en detrimento de los países pobres.

La Comisión Europea urgió a vacunar al 70% de la población adulta antes de fines del verano boreal en la Unión Europea (UE), donde en algunos países como Alemania se endurecen las medidas para frenar el virus.

Hasta el momento, según un recuento de la AFP, al menos 60 países o territorios, que reúnen al 61% de la población del planeta, comenzaron a inmunizar a sus habitantes. Pero 11 países concentran la gran mayoría de las personas vacunadas.

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CT

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