El Hospital General de Xoco, ubicado en la alcaldía Coyoacán, es muestra de la crisis que se vive en el Valle de México por la pandemia de Covid-19. A las afueras, alrededor de 10 personas, con semblante de angustia, tristeza y resignación, aguardan por el informe sobre su familiar que padece esa enfermedad.
Sobre la banqueta de la Avenida Coyoacán impera el silencio de personas que portan cubrebocas y sólo optan por mensajear, andar de un lado a otro, recargados en la pared del nosocomio o sentados en una jardinera, mientras esperan los informes.
Mientras, en la entrada del área de Urgencias Covid, uniformados resguardan la puerta y se observa salir y entrar a un médico con un portapapeles en las manos: vocea el nombre del paciente y le permite el acceso; en cuenta las personas salen, se sanitizan con atomizadores que traen entre sus pertenencias.
Desde la puerta del lugar, se observa una carpa que indica ser el área de triage respiratorio y ahí hasta donde la vista alcanza, se aprecia a un grupo de paramédicos sanitizar la ambulancia, pues acaban de ingresar a un nuevo caso de coronavirus.
Calzando sandalias y usando mascarilla conectada a un tanque de oxígeno, pacientes dejan el hospital acompañados de sus familiares, quienes llevan un folder en la mano.
Por el lugar también se ve a hombres y mujeres que salen con las pertenecías de su paciente y los ojos llenos de lágrimas, pues les acaban de informar que su familiar falleció y sólo optan por asir las pertenencias que les entregaron en una bolsa.
“Nos creemos muy fuertes, pero somos muy vulnerables”, expresó a 24 HORAS Jorge Valle, cuyo padre murió por el SARS-CoV-2 hace un par de semanas, y hace pocas horas falleció su hermano, mientras su madre continuaba luchando por su vida.
Valle relató que primero se contagiaron sus padres, no supo cómo, pues se mantenían en resguardo, por lo que su hermano se encargó de cuidarlos; sin embargo, su hermano presentó sintomatología el martes pasado.
Ese sí decidieron llevarlo al Hospital General Gea González, pero éste se encontraba sin disponibilidad hospitalaria, por lo que fue trasladado al Hospital General de Xoco.
Luego, de algunos días sus padres fueron internados en ese nosocomio, pues comenzaron las complicaciones. “Esta enfermedad es verdad que destruye familias enteras”, comentó.
Por otra parte, “el Covid, ya no son números, ahora son rostros conocidos” expresó a este diario Arangélica Rosas, cuya madre está internada y su estado es reportado como grave desde la semana pasada, al tener 70% de saturación; sin embargo, no quiere ser intubada.
“Me duele (que no quiera ser intubada), pero tengo que respetar la decisión de mi mamá, entonces estoy pendiente del teléfono y en ocasiones no duermo”, pues -comentó- se mantiene a la expectativa y preparada para recibir cualquier noticia.
Rosas detalló que su madre, quien lleva ocho días internada, es hipertensa y con cierto grado de obesidad. Pese a que el paramédico le comentó que podría tardar un día en ser atendida, la mujer manifestó que no tuvo problemas para la hospitalización.
AR