El año de la crisis de salud más terrible de nuestra historia contemporánea, también será el año en que los mexicanos saldremos a elegir el mayor número de cargos populares en nuestra historia.
Si es que salimos.
Porque todo indica (ya lo estamos midiendo) que mucha gente no saldrá a votar el próximo 6 de junio. Un poco por la pandemia, desde luego -seguramente para dentro de menos de cinco meses NO estará controlada aún-, pero también por el poco interés de los mexicanos en elecciones intermedias, en medio de la peor crisis económica, cuando todos están mucho más preocupados en sobrevivir que en saber quién diablos va a ser su diputado.
Esa es la verdad. Quizás no vaya a votar más del 40% de electores. Si en temporada normal a veces sale a votar el 37 o 39% de ciudadanos, imaginemos ahora cuántos irán a formarse a las casillas temiendo contagiarse (con razón en estos momentos) y con candidatos que a veces son auténticos desconocidos.
Y en todo este escenario competirán los candidatos a los distintos cargos de elección. Elegiremos diputados federales en todos los Estados de la República, locales y alcaldes en la mayoría de ellos y gobernador en 15.
Y créanme, hay verdadera incertidumbre en saber qué partido o alianza ganará en cada uno de ellos. Se llama democracia.
A muchos les espanta ver que los partidos se alían unos con otros, con tal de vencer a un tercero. Eso pasa en los países democráticos desde hace siglos. En Europa y Sudamérica siempre hay alianzas y contra alianzas… y a nadie le extraña. Lo que pasa es que en México llegamos tarde a la realidad democrática partidista. Todo el siglo XIX fue de cuartelazos y gobiernos de bandos políticos. Y el siglo XX, después de una sangrienta Revolución, se instauró un régimen de partido hegemónico que hasta hace poco sucumbió.
Hoy nadie, pues, podría asegurar que ganará o “arrasará” en la próxima jornada electoral.
Los de MORENA sueñan que eso ocurrirá porque se quedaron atrapados en un 2018 que jamás regresará.
Los de la alianza PRIANRD sueñan que la gente ya está harta del presidente AMLO y de MORENA, y que por eso “sumarán sus votos” y ganarán con toda seguridad. Nada más falso.
Y los partidos chiquitos sueñan que conservarán el registro, cuando -en serio- en nuestra encuestas hay algunos que no menciona NADIE como su preferencia (hablo de PES, de los nuevos Fuerza México y demás inventos).
Sueños guajiros.
MORENA (y su alianza con PT y PVEM) ganará en muchos lugares si lanza buenos candidatos. NO es cierto que si lanza a quien sea, gana. Eso ya pasó en 2018 y la gente está muy desilusionada de no pocos de sus representantes y autoridades electas. Pero sí ganará en no pocos lugares y hasta quizás vuelva a obtener la mayoría en los Congresos Federal y local.
La alianza “Va por México” del PRIANRD, ganará también en muchos sitios. Nosotros la traemos debajo de la alianza de MORENA-PT-PVEM en preferencias, pero cambian las cosas cuando se mencionan candidatos. No creo que gane la mayoría en el Congreso de la Unión, pero la verdad no apostaría yo a eso.
Si los panistas y priistas salen a votar, chance y den el campanazo. Pero si lanzan candidatos que no les agrade a panistas (por ejemplo), simplemente NO saldrán a votar.
Finalmente, la “chiquillada”, que se conformará y dará gracias a Dios si conserva el registro. No sé quién vaya a votar por el PES, Fuerza México o Redes Sociales Progresistas, que no tienen idea de a quién lanzar y sus abanderados serán o cartuchos quemados de otros partidos o… auténticos desconocidos.
Así el panorama de las opciones partidistas para este 6 de junio próximo. Ya nomás falta ver quiénes son los candidatos. Y entonces nosotros los encuestadores haremos los careos verdaderos y ver por quién votaría la gente. Porque hasta hoy, solo son escenarios probables los que medimos. En unas semanas ya tendremos a los protagonistas.
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