“Para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta”, reza la frase que los políticos debieran tener como axioma, para evitar tremendos ridículos, como el que hizo el diputado local panista Raúl Espinosa Martínez, y con el que embarró a su partido, Acción Nacional (PAN), y hasta a sus “próceres” del morenovallismo.

Durante la comparecencia, el viernes pasado, del secretario de Infraestructura del gobierno del estado, Juan Daniel Gámez Murillo, el legislador albiazul quiso, inexplicablemente, hace una apología del morenovallismo y sus obras faraónicas, a pesar de que ha quedado en completa evidencia que estuvieron envueltas en una cabalgante corrupción, una absoluta ineficiencia y una fulminante inutilidad.

El diputado oriundo de Zacatlán reprochó al secretario que las obras no sean “prioritarias” para la actual administración.

Más ágil de palabras que de argumentos, y sobrado de una seguridad que luego se le desmoronó, Espinosa aseguró que esta secretaría “se ha caracterizado por el escaso y nulo trabajo en favor de las y los poblanos, y por tratar de opacar el trabajo de los gobiernos panistas, al únicamente poder informar el cambio de color y logotipos en el inmobiliario urbano y público”.

Luego, el legislador soltó un rosario de datos y de, por ejemplo, porcentajes de planteles educativos “dañados” y en “abandono”. Supuso que se había anotado un triunfo retórico. No fue así.

No esperaba la respuesta puntual de Juan Daniel Gámez, y la revelación que, ahora, ha marcado un derrotero más, una nueva madeja, para descubrir la inconmensurable corrupción del morenovallismo.

Sobre las deficiencias específicas del Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (CAPCEE), el titular de Infraestructura anunció que hay denuncias penales contra los ex directores, Jorge Benito Cruz Bermúdez y Gustavo Guzmán, por desvío de recursos por más de 300 millones de pesos de obra no ejecutadas pero facturadas.

Cobraron, pero no hicieron nada y ese desvío es descomunal, históricamente sin precedentes para ese organismo.

Y vino más. Gámez Murillo reconoció algunas de las cifras que había dado el panista, pero hizo una precisión: esas ruinas son producto de la enorme corrupción morenovallista.

“Diputado, fíjese que comparto muchísimo el punto de vista que usted pone, en que es lamentable el estado en el que el gobierno de Miguel Barbosa llegó a encontrar muchas de las instituciones educativas. Es mucho más lamentable, por ejemplo, cuando haciendo una investigación, nada más un poquito por encima”, se encontró este nivel de corrupción, de Bermúdez y Guzmán, dijo sobre los desvíos.

“Entonces, comparto desde luego con usted el punto de vista de que es lamentable que las escuelas del estado no puedan estar en mejores condiciones y qué desafortunado que este tipo de acciones hayan llevado a que nosotros, o bueno, más bien, el gobernador Barbosa cuando toma el gobierno del estado y decide enderezar el rumbo las haya encontrado de esta manera”.

No hay mucho más que agregar. El bocaza guardó silencio.

 

@Alvaro_Rmz_V