Fueron suficientes dos años y meses con Facundo Rosas al frente de la Secretaría de Seguridad Pública en Puebla para que el número de ejecuciones, disputas de diversas plazas por grupos delictivos y robo de hidrocarburo crecieran exponencialmente

No es nuevo que el escenario violento se configuró con el paso de este protegido de Genaro García Luna, acusado de estar coludido con grupos de delincuencia organizada en una corte federal en Nueva York.

Llama la atención el “baño de pureza” que se dio con la publicación de una carta de la que se autoexculpa de todo el oprobio ocurrido en Puebla durante su gestión: a la familia del niño José Luis Alberto Tehuatlie pagó 500 mil pesos, dijo. Asunto arreglado, pues.

De lo que no habla en sobre su deslinde de las corruptelas de gente bajo su mando. En octubre de 2015, el autor de la Parabólica publicó una amplia red de complicidades que habría dado origen a suponer con fundada hipótesis que Alí Babá y sus 40 ladrones, de verdad, habitaron en el territorio.

En ese entonces se documentó que con la salida de Juan de la Cerda Hermida del Consejo Estatal de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, sumaron siete mandos que causaron baja desde el mes de julio en ese 2015.

“A partir de que fueron detenidos por elementos del Ejército el director de la Policía Estatal Preventiva, Marco Antonio Estrada López y el jefe del Grupo de Operaciones Especiales (Goes), Tomás Méndez Lozano por su participación en operaciones de delincuencia organizada, los más altos funcionarios han caído de manera ininterrumpida”.

Los policías federales Alberto Valencia y Marco Tulio López fueron fugaces subsecretarios que debieron salir por la puerta de atrás de la Secretaría, sumida en el descrédito absoluto en el ámbito nacional.

“Casi todos involucrados directa o indirectamente con las bandas dedicadas a la ordeña clandestina de ductos de Petróleos Mexicanos, los dos últimos ceses de Héctor Navarro Nava y el de Cerda Hermida se debió a la mala gestión de recursos del Subsidio de Seguridad para los Municipios y del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP)”.

Personal de la Auditoría Superior de la Federación encontró, en ese entonces, irregularidades en el Centro de Emergencia y Respuesta Inmediata del municipio de Puebla, en donde despachaba un herencia de Rosas.

Fuentes del interior del Consejo Estatal de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública narraron inconsistencias que llevaron a convertir en elementos escenográficos los multipublicitados arcos de seguridad en los accesos al estado.

Invirtieron unos 350 millones de pesos, pero terminaron en símbolos de la ineficiencia.

Otro de los asuntos sujetos a revisión exhaustiva fue el proceso licitatorio del llamado C-5 sobre Periférico, cuya inversión estaba calculada en 800 millones de pesos.

Hubo inesperadas visitas de la ASF a dos meses y medio que fue destapada la cloaca tras la caída de Facundo Rosas. Nada sucedió por la componenda entre el panismo de Moreno Valle y el priato de Peña Nieto.

 

@FerMaldonadoMX

parabólica.mx por Fernando Maldonado