La falta de acuerdos entre el grupo de Genoveva Huerta y de Eduardo Rivera -los panistas que han mantenido posturas irreconciliables por las cuotas que la primera quiere conseguir si es que el exedil regresa al palacio municipal- tienen un ingrediente adicional: Fernando Manzanilla Prieto.

Al exsecretario de Gobernación con las últimas tres administraciones y actual diputado federal lo han visto mover los hilos en la oficina de Bugambilias -sede de del PAN estatal, de donde habría salido desde que solicitó licencia la noche del lunes-.

Un grupo de panistas con vínculos con diversos liderazgos establecieron contacto con el columnista, luego de haber publicado el tuit de la confirmación de la salida de la aún dirigente para ir por una diputación federal por la vía plurinominal.

La correa de transmisión de los mensajes de Manzanilla Prieto con Huerta Villegas es el súper asesor de la panista, Eduardo Alcántara, un empecinado activo de ese partido por buscar beneficiarse de la ruptura de grupos panistas.

No se trata de un tema que vaya en desdoro de su condición de mujer empoderada en el PAN estatal, como erróneamente ha argumentado a través de sus redes sociales, sino de acuerdos políticos rumbo al 2024, año en el que hipotéticamente el diputado de Encuentro Solidario buscará aparecer en la boleta electoral como candidato a gobernador.

La teoría es coincidente con lo expresado por este personaje, que se ha distinguido por su pragmatismo en el carrusel de medios que se organizó cuando salió del gobierno de Miguel Barbosa. Para eso trabaja y ello está empañado.

Olvidan los integrantes de ese grupo que antes que el dos está el uno. Primero deberán ganar 2021, la aduana obligada para transitar en condiciones de competitividad en 2024.

Dicho con mayor precisión: para que se aspire a tener el Gobierno del Estado en el proceso sucesorio   próximo, primero se debe ganar en junio próximo. Eduardo Rivera como edil se convertiría en el candidato natural a la gubernatura y eso no conviene ni a Manzanilla ni a Huerta.    

Es cierto que la razón de los desencuentros entre los grupos de Rivera Pérez y Huerta Villegas tiene que ver con un 40 por ciento de posiciones en una eventual administración panista encabezada por el mejor perfil que pudo haber tenido la coalición PAN-PRI-PRD.

Pero también tienen claro que ceder casi la mitad de cargos y regidores significa hacer ingobernable la ciudad como ha sucedido en gestiones pasadas.

Un dato adicional es que en el Comité Ejecutivo Nacional, el priista José Chedraui es “intransitable”, definió una fuente en la Ciudad de México. Rivera Pérez debe ser el abanderado del PAN con o sin coalición.

La salida de Genoveva Huerta de la dirigencia es un factor que podría permitir el regreso del diálogo, consustancial a la tarea política para hacer coincidir intereses y aspiraciones de los grupos panistas.

Quienes han postrado porque este miércoles que sesione la Comisión Permanente Nacional corrija la plana al PAN poblano se va a topar con pared, pues en la agenda del día únicamente se tiene previsto la formalización de las candidaturas a diputaciones federales, en donde aparecerá Huerta Villegas, que en horas incendió el panismo poblano.

 

@FerMaldonadoMX